Los reservorios como almacenamiento de agua potable

En el país, los efectos del cambio climático nos obligan a tener un verdadero plan de políticas públicas, que garanticen una efectiva producción y reserva de agua para la presente y futura generaciones. En cierta medida, en los últimos 20 años&#823

En el país, los efectos del cambio climático nos obligan a tener un verdadero plan de políticas públicas, que garanticen una efectiva producción y reserva de agua para la presente y futura generaciones. En cierta medida, en los últimos 20 años es poco lo que se ha hecho en materia de recursos hidráulicos y agua potable. Solo hay que analizar que durante los años 2013, 2014 y 2015, se vivieron periodos de fuerte sequía, lo que nos afectó seriamente por la falta del preciado líquido, donde el descenso en los niveles de agua que registraron las presas en el mes de julio del año 2014, llegaron a su punto crítico y todos los embalses experimentaron una gran reducción, según lo informó el Ing. Luis Cuevas, encargado de operaciones de presas del INDRHI, y agregó que la situación era tan grave que la mayoría de las presas habían consumido la reserva útil, y que sus caudales bajaron en más de un 60%. En el caso particular de Valdesia, donde la reserva útil acostumbrada es alrededor de 50 millones de metros cúbicos, en ese momento solo contaban con 29 millones y que la presa de Jigüey estaba en el mínimo y no tenía prácticamente agua. El caso más patético fue, que se llegó a decir que la reserva de agua solo alcanzaba para 35 o 40 días, y que si no llovía en lo inmediato, no se podía hacer nada para mejorar las fuentes.

La sequía del año pasado 2015, es considerada la más inclemente de los últimos 20 años, lo que constituyó uno de los principales problemas de la población que impactó a los más de tres millones de habitantes del Distrito Nacional y la Provincia de Santo Domingo, debido a la ausencia de las lluvias en ese periodo, lo que disminuyó el caudal de los ríos que alimentan los acueductos Isabela, Duey, Haina, Isa-Mana, Valdesia y Jigüey y Aguacate.

Ante la grave situación, el presidente Danilo Medina convocó a los funcionarios vinculados al sector y los instruyó para aplicar un plan de contingencia, que consistió en racionalizar el agua sólo para consumo humano. Ordenó la inmediata construcción y rehabilitación de más de 50 pozos para la extracción de agua en Santo Domingo Este, Oeste y Norte. El déficit de agua fue de 122 millones de galones por día en el Gran Santo Domingo a mediados de año.

Es importante destacar que los pozos, por sobreexplotación de su manto acuífero se pueden secar en periodo de fuerte sequía, si su nivel freático cae por debajo de su profundidad inicial, lo que indica que esta alternativa, no es siempre confiable.

Es necesario abocarnos a un plan de producción de agua, que no es más que hacer un plan de reforestación de nuestras montañas y bosques, para que se produzcan las lluvias y al mismo tiempo trabajar en un mejor manejo de nuestras cuencas para que el agua que cae pueda infiltrarse en el suelo y así llegar a nuestros ríos, que a su vez tiendan a llenar los embalses de las presas y los reservorios.

Hay que reforestar nuestras montañas de manera urgente, tanto es así que el presidente Danilo Medina, ordenó un plan de reforestación de las montañas del municipio de Hondo Valle, provincia Elías Piña, en su visita sorpresa del domingo 3 de julio del presente año 2016, para rescatarla, asegurando que todavía existen posibilidades de salvarlas.

El mandatario también autorizó la reparación del canal de riego y la sustitución de las bombas por electrobombas, la donación de un camión y un tractor para el uso de todos los productores, y una ambulancia para el pueblo. Estas ordenanzas y medidas colaterales, evidencian claramente que los funcionarios en estas respectivas áreas carecen de un programa continuo sobre estos temas.

De acuerdo al Documento: D-06 “Manual de Especificaciones Técnicas Básicas para la Elaboración de Estructuras de Captación de Agua de Lluvia en el Sector Agropecuario de Costa Rica y Recomendaciones para su Utilización”, en América Latina y el Caribe, los sistemas de captación y aprovechamiento de agua lluvia, aún son limitados. Por lo que, hay que aplicar un plan estratégico para generalizar el conocimiento del óptimo aprovechamiento del agua. Por tanto utilizar reservorios en donde almacenar agua de lluvia, de canales de riego para ser reutilizada, contribuye a reducir la pérdida de aguas superficiales.

Un reservorio, no es más que un sistema de captación de agua para su almacenamiento, tales como lagunas y estanques, que son utilizados para reservas de agua potable, con fines de riego, para dar de beber a los animales y la crianza de peces o camarones, por solo citar dos usos en este renglón.

Los reservorios se revisten de arcillas o de material sintético para evitar pérdida de agua. La importancia del reservorio se fundamenta en garantizar el funcionamiento hidráulico del sistema y el mantenimiento de un servicio eficiente, en función a las necesidades de agua proyectadas y almacenadas, en base al rendimiento admisible de la fuente.

Todos los años, tenemos la misma actitud de los sectores que demandan mayor cantidad del preciado líquido, y es quejarse de la sequía, mientras las cuencas de los ríos siguen sin ser reforestadas y las granceras continúan despedrando nuestros ríos, por lo que hay que aplicar políticas públicas para la producción y retención de agua.

Es imprescindible construir más presas y reservorios en el país, para poder almacenar el agua en tiempo de lluvia. Un dato alarmante, es que del 100% del agua lluvia que cae en el país, el 82% se va al mar, y que solo el 17% de esas precipitaciones son almacenadas en las presas existentes.

En la República Dominicana el sistema de riego es inadecuado, lo que ha traído como consecuencia que los suelos que producen el 40 por ciento de los alimentos, sean afectados en su capacidad productiva, hecho que se registra en los principales valles como Azua, San Juan de la Maguana, Neiba, en el suroeste y los de las provincias del noroeste. Así lo informó el Ministerio de Medio Ambiente en la Conferencia Regional de Lucha Contra la Desertificación en Centroamérica y el Caribe, que se celebró en la provincia de Barahona, con la asistencia de representantes de Honduras, Costa Rica, Panamá, Guatemala, Nicaragua, Cuba, Haití, España y la Cooperación Técnica Alemana (GTZ), en la tercera semana de junio del año 2009. También se destacó que para esa fecha, cinco millones de dominicanos estaban directa o indirectamente afectados por la desertificación y que el 70 % de los suelos del país sufren de algún grado de degradación y que de ese porcentaje, el 30 % de las tierras son áridas, por tanto, la capacidad del ecosistema de recuperarse de este desastre, presenta mayores inconvenientes, por tratarse de tierras rígidas y de menor capacidad de resiliencia.

Un estudio del INDRHI, revela que el gobierno tiene en carpeta para un mejor aprovechamiento de las aguas lluvias las construcciones de reservorios, lagunas, pozos, pequeñas y medianas presas, cuya inversión asciende a RD$2,463 millones, de los cuales para los reservorios tiene una inversión de RD$1,518.05 millones; para las pequeñas y medianas presas RD$645 millones, y para las lagunas y pozos unos RD$300 millones. También añade que se construirán reservorios en San Juan de la Maguana, Bahoruco, Barahona, Montecristi y Valverde. Es prominente indicar que en la Región este es necesario e imprescindible la construcción de reservorios y lagunas, por la gran cantidad de fincas ganaderas.

Es bueno apuntar que lo importante es construir estos depósitos de reserva y almacenamiento de agua, bajo un plan que resulte lo más económico posible, e involucre la participación del Estado, el sector privado y la comunidad. No podemos seguir analizando alternativas con presupuesto tan elevados que impidan que el señor presidente de la República, por escasez de recursos económicos no pueda concretizar estas prioritarias obras.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas