Qué gran verdad recogió José Martí al decir que “el arma es para herir y la palabra para curar las heridas”. Las naciones, las personas, articulamos sustanciosos argumentos hacia justificar nuestro daño. Hacemos letra muerta de la regla de oro legada por Dios: “No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti”. Nos negamos a ponernos siquiera por un momento en lugar de los que sufren por cuenta de nuestra violencia o egoísmo, los que pretendemos validar mediante criterios manipulados, en realidad carentes de humanidad. En esa tesitura en el pasado fue validada hasta la execrable esclavitud y hoy escuchamos a individuos justificar, por posturas religiosas, la masacre de Israel en Gaza. ¡Increíble!
Manipulaciones
Qué gran verdad recogió José Martí al decir que “el arma es para herir y la palabra para curar las heridas”. Las naciones, las personas, articulamos sustanciosos argumentos hacia justificar nuestro daño. Hacemos letra muerta de la regla de…