Son muchos los motivos que hacen de la merluza uno de los pescados favoritos en la cesta de la compra: en primer lugar, su exquisita carne blanca de delicada textura y sabor. También son muy importantes sus cualidades nutritivas: aporta proteínas de alto valor biológico, minerales como el potasio, el fósforo o el magnesio. Además, según su preparación, resulta ideal para los regímenes de adelgazamiento, dado su bajo índice calórico (en torno a 65 calorías por cada 100 gramos de producto). Todo ello, sin olvidar las múltiples posibilidades que este delicioso pescado admite en cocina.
La merluza es rica en proteínas completas o de alto valor biológico y posee diferentes vitaminas y minerales. Destaca su contenido en vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B9, B12). Estas vitaminas ayudan a asimilar los nutrientes energéticos, como son los hidratos de carbono, grasas y proteínas.
El aporte adecuado de estas vitaminas es esencial para el organismo, porque intervienen en numerosos procesos de gran importancia, como la formación de glóbulos rojos, la síntesis de material genético o el funcionamiento del sistema nervioso, entre otros.
Al horno, frita, hervida, en crema…la merluza admite múltiples preparaciones en la cocina.