Santiago. Tirados en el piso y prácticamente entre escombros, cientos de pacientes son atendidos en un pasillo, debido a la tardanza en los trabajos de reconstrucción del hospital regional José María Cabral y Báez.A un año de iniciar la intervención del centro de salud, ni siquiera la primera etapa ha sido entregada, a pesar de que se han dado cuatro fechas para volver a funcionar. Médicos y pacientes comparten el drama que se vive a diario, ante el temor de que pueda ocurrir una tragedia. Mientras obreros trabajan en las labores, y pese al polvo que se desprende en estos trabajos, los enfermos esperan para ser atendido. Dos enfermeras con escritorios, también en los pasillos se encargan de tomar los nombres de quienes acuden a las consultas.
Aunque las autoridades decidieron trasladar algunas áreas al edificio profesional de la avenida Las Carreras, la mayoría sigue funcionando en el Cabral y Báez.
Un proceso lento
“Lo que estamos pasando es duro, hacemos esto porque somos verdaderos profesionales: el dar consulta en espacios no apropiados”, expresa un galeno que se negó a ofrecer su nombre por temor a represalia. La empresa Acuamar, encargada de los trabajos, prometió que sería en junio cuando entregaría el ala norte, donde funcionan las oficinas administrativas, la unidad de salud mental. En tanto, que la fecha para entrega final de los trabajos estaba prevista para finales de este año, pero muchos dudan que se concluya en los primeros meses del 2016.
El director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, Miguel Pimentel Kareh, y el director Nacional de los Servicios de Salud, Ramón Alvarado, sostuvieron un encuentro con los encargados de los departamentos médicos del Hospital Cabral y Báez, para hablar de los alcances de los trabajos y el reforzamiento estructural y distribución de los espacios.
Dicen garantizarán estructura más segura
“Estamos realizando el reforzamiento estructural de los edificios del hospital a fin de ponerlos en condiciones que cumplan con los parámetros requeridos para soportar un eventual sismo de más de siete grados en la escala de Richter, pero además estamos readecuando los espacios para que las habitaciones sean para dos pacientes, con un baño”, indicó Pimentel Kareh.
