Peor que robar cables…

El eléctrico es “el problema del país”. La Superintendencia de Electricidad acaba de emitir la resolución 373-2012…

El eléctrico es “el problema del país”. La Superintendencia de Electricidad acaba de emitir la resolución 373-2012 estableciendo las tarifas que aplicará contra los usuarios del servicio público. Así es, contra los usuarios, no hay otra forma de decir las barbaridades que cometen quienes dirigen el negocio de la electricidad en RD. En lugar de meterse con la generación y los cálculos en sus tarifas, que se ha convertido en el negocio más rentable del país, a tal nivel que el señor Marranzini dijo una vez que “…después del narcotráfico, la segunda mafia del país es la de la electricidad”.

Y sólo se equivocó en lo de ponerlo como el segundo negocio más rentable, pues puede usted estar seguro que debe ser el primero. El cálculo de facturación de los generadores en base al costo marginal de producción es uno de los grandes robos, y uno de los incentivos para mantener las cosas como están.

Es inconcebible que un país, con deficiencia en el suministro a la población, tenga que sufrir unas tarifas de generación basadas en el costo marginal de producción. Ese cálculo es una de las causas de que exista generación cara en los últimos tramos de la generación.

Generación obsoleta, y por lo tanto carísima, que siempre es llamada a suplir para que una mafia generadora se lleve unas diferencias entre sus costes reales y los facturados que pueden superar el 150%. Para los generadores “eficientes” el costo marginal marca el precio a partir del cual se obtiene beneficio, una vez se ha alcanzado el umbral de rentabilidad. Es decir, que con el sistema actual el precio que facturan es el de la última planta generadora metida al sistema, siempre la más cara porque la generan con la peor de sus plantas.

La industria eléctrica incorpora todos los elementos llamados de monopolio natural. Tal y como está montada no existen sustitutos para que proveedores eficientes quieran distribuir electricidad a precios competitivos; las barreras de acceso al mercado son fuertes, los costos de capital altos y hay barreras a la localización. La electricidad es una necesidad; la demanda es notoriamente inelástica y las mafias aliadas con políticos seguirán lavando oro. El modelo fracasó en realizar lo que debía: suplir energía a los usuarios de forma eficiente.

Lejos de simplificar la tarifación de la energía eléctrica y eliminar tanta regulación obsoleta, más reglas y regulaciones son implementadas. Toda la regulación ha sido proyectada y realizada sin la necesaria participación de todos los involucrados en el negocio, sobre todo del usuario final.

Algo seguro es que casi todo el que está envuelto en el negocio miente cada vez que da declaraciones.

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