El precio de “lo gratis”

A todos nos hace feliz recibir algo gratis.Pero salvo el aire que respiramos y unas cuantas cosas más, no hay nada verdaderamente gratis.Comenzando porque la presencia de “lo gratis” nos nubla el entendimiento y nos induce…

A todos nos hace feliz recibir algo gratis.

Pero salvo el aire que respiramos y unas cuantas cosas más, no hay nada verdaderamente gratis.

Comenzando porque la presencia de “lo gratis” nos nubla el entendimiento y nos induce a decidir de manera irracional.

Entramos a una tienda, por ejemplo, y vemos que por el precio de tres pares de medias nos dan uno extra. Caemos en la tentación de comprarlas.

¡Pero no estábamos buscando medias!

Ese par adicional no es más que el anzuelo que utiliza el comerciante para salir de una mercancía que no se le vendía.

Nos ocurre lo mismo cuando al elegir entre dos productos, compramos el que no preferimos realmente porque trae un “estuchito” de regalo…

Y cuando vamos al museo el día que no nos cobran, a pesar de la incómoda presencia de la multitud.

También cuando viajamos a un destino que no nos interesaba mucho en verdad, e incurrimos en deudas para pagar la estadía, sólo porque los pasajes salían gratis.
Los que conocen esta debilidad del ser humano logran seducirnos a su conveniencia.

El comerciante sale de mercancía con sus ofertas. El político obtiene votos con sus dádivas en campaña. El suplidor coloca sus productos llevando regalitos a la encargada. El hotelero llena su establecimiento de consumidores.

Demasiadas veces caemos en la trampa de los que pretenden manipularnos… Porque no nos detenemos a analizar lo que verdaderamente queremos y necesitamos.

Cultivemos una actitud más racional. Para no terminar pagando demasiado por lo que supuestamente nada cuesta.

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