El premio mayor a los perdedores

Cuando el poder llega a las manos del que pierde, algo hay detrás de mayor envergadura. Son afortunados los políticos que ganan  perdiendo.  Y muy desafortunados los que  pierden ganando. En Nueva York el premio mayor acaban de ganárselo tres…

Cuando el poder llega a las manos del que pierde, algo hay detrás de mayor envergadura. Son afortunados los políticos que ganan  perdiendo.  Y muy desafortunados los que  pierden ganando. En Nueva York el premio mayor acaban de ganárselo tres que perdieron. Ellos son los políticos de mayor cercanía al presidente Danilo Medina. El gobernante  acaba de nombrarlos en las posiciones de más poder  en Nueva York: el Consulado General y la Embajada  en las Naciones Unidas. Las designaciones equivalen a sacarse el lotto, el premio mayor de Nueva York. Detrás de los nombramientos se esconde la guerra silenciosa entre el peledeísmo gobernante por el control de su estructura partidaria.

La derrota de mayo avaló, y con toda razón, la resistencia inicial  del presidente Medina, que ganó en Santo Domingo y todo el exterior, pero perdió en Nueva York.  La dirigencia local lo quiere justificar a su manera. Como siempre, el que pierde patalea. Que no llegaron los recursos a tiempo. “Fuimos  asaltados  dos días antes de las elecciones”  –escribió Emiliano Pérez Espinosa– “y se nos sustrajo todo el material electoral”. Alegó, además, lo que denomina “la campaña mediática de descrédito contra el gobierno sobrepasó los límites imaginados”. Que la Junta Central Electoral (JCE) dislocó el listado de votantes, etc. Todo lo que no ocurrió en ninguna otra demarcación electoral  sucedió en Nueva York donde el  peledeísmo, con todos los recursos del Estado en las manos, perdió las elecciones.

La derrota fue contundente. El PLD y aliados 44% contra el PRD y aliados 54%. Una distancia de diez puntos. Al parecer, Danilo nunca creyó el cuento que le fabricaron. Por eso su primer cónsul general fue  Félix Antonio Martínez, y no sus jefes políticos directos. A ellos, que aspiraban frenéticamente a  esa posición, les enrostró en sus caras: “Ustedes todos están nombrados y cobran un cheque del Estado”. Al designar en tan alta posición a un peledeísta de New Jersey,  casi desconocido en Nueva York, fue como una bofetada sin manos. Eso  causó enojo y malestar entre la dirigencia, tanto así que le hicieron la vida imposible a Félix Martínez, quien prácticamente no pudo quitar ni nombrar a nadie. El 31 de diciembre  la “troika tripartita” logró que salieran sus decretos.  Sin carrera diplomática académica, los agraciados son tres  zorros políticos rejugados.
Siempre han estado en el poder desde el primer gobierno de Fernández (1996-2000), como funcionarios en las Naciones Unidas. Luis Lithgow, el hombre de mayor confianza de Danilo en Nueva York y jefe de campaña en el 2012, es ahora el cónsul general; Frank Cortorreal, presidente del PLD, es el embajador permanente ante la ONU, en sustitución del periodista Virgilio Alcántara. Emiliano Pérez Espinosa regresa como embajador alterno ante la ONU, posición que había desempeñado antes. Es obvio que su plan es de mayor envergadura. Es probable que su objetivo sea  controlar la estructura total partidaria hacia el 2016.  ¿Quién sabrá, si no él, con cuál finalidad política específica?

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