Presa de Monte Grande lleva 21 años entre vaivenes de gobiernos

Si el proyecto de construcción de la presa de Monte Grande se comparara con una persona habría que decir que superó la mayoría de edad sin avanzar mucho, algo así como sin graduarse de nada.

Si el proyecto de construcción de la presa de Monte Grande se comparara con una persona habría que decir que superó la mayoría de edad sin avanzar mucho, algo así como sin graduarse de nada.Esa obra lleva más de 20 años en un vaivén desde que se concibió y aún no se presenta como realizada a pesar de que desempeñaría tres funciones vitales: control de inundaciones, riego y agua para consumo. Esos beneficios recaerían en las provincias Barahona, Bahoruco e Independencia, en las cuales podrían irrigarse 700 mil tareas para distintos cultivos agrícolas. Esa cantidad es la suma de 400 mil tareas que hay en irrigación actualmente, aunque de manera deficiente, porque el agua no llega todo el año a los predios, más 300 mil que podrían incorporarse, calcula el geólogo Osiris de León cuando trata el tema con elCaribe.

Desde el punto de vista de control de inundaciones, es casi seguro que con la existencia de Monte Grande las comunidades Vicente Noble, Tamayo, Uvilla, Canoa, Jaquimeyes, El Peñón, Palo Alto, Pescadería y Habanero dormirían más tranquilas, porque ese peligro, que es latente, dejaría de existir.

Con la presa de Monte Grande se han dado tantos “tumbos”, que algunos legisladores piensan (y lo han externado) que la obra no le interesa al Gobierno y que algunos asesores no han presentado las cosas como son a los presidentes que ha tenido el país luego de 1991, cuando Monte Grande fue concebida por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI). De León sugiere que la obra ha sido manejada con una  visión personal y no de conjunto.

Los cálculos del geólogo indican que “si el Gobierno a mediados de este año diera instrucciones a la dirección del INDRHI, de que Monte Grande tenga prioridad número uno y no tres, como ha sido hasta ahora, podría estar lista en dos años y medio, porque todos los estudios están hechos y el diseño muy avanzado. La presa en cuestión se ideó en 1991, porque ya operaban a plena capacidad la presa de Sabana Yegua (segunda más grande del país) y la de Sabaneta, una de las más pequeñas a nivel nacional. Ambas presas forman parte de una misma cuenca, que es el río Yaque del Sur y esa cuenca solo estaba regulada en un 48%. Se entendía que el agua en esas dos represas se desaprovechaba en gran parte y eso producía inundaciones, pese a que ambas tenían canales. Fue entonces cuando surgió la idea de construir a Monte Grande, originalmente Presa Quitacoraza, para regular la cuenca baja.

De León no es un improvisado en el tema. Tiene el aval para hablar, porque en 1991, doce años después de haberse graduado de ingeniero geólogo y de minas en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, fue llamado para realizar los estudios geológicos sobre Monte Grande. Para entonces se quería que la presa estuviera lista en 1996, último año de gobierno de uno de los períodos presidenciales de Joaquín Balaguer. Ese mandatario quería presentar a Monte Grande como uno de sus logros.

La combinación errónea

La fórmula elaborada para el proyecto Monte Grande se dio “a menos” desde el principio, porque en el contrato denominado con ese nombre en realidad se incluyeron tres capítulos, lo cual generó  “ruido público”, porque hacía ver muy costosa una obra que contenía dos más.

En detalle, según Osiris de León, el contrato Monte Grande contemplaba un presupuesto de US$354.2 millones y de esos US$90 millones eran para rehabilitar la presa de Sabana Yegua, que incluía el recrecimiento del muro para subir la capacidad de almacenamiento, reconstrucción del vertedero de excedencias del estribo derecho, del estribo izquierdo y cambio de las viejas compuertas de los desagües de fondo. Sabana Yegua almacena 400 millones de metros cúbicos de agua, casi lo mismo que la presa de Hatillo. A eso se debe la prioridad hacia ese lado en las labores hechas por Andrade Gutiérrez, la compañía que tiene el contrato.

“Esa inclinación hacia Sabana Yegua se ha hecho porque el INDRHI entiende que primero hay que darle mayor capacidad de almacenamiento a esa parte para tener más capacidad de regulación y menos interferencia aguas abajo”, dice De León. Monte Grande está más debajo de Sabana Yegua, es decir, que lo que sale de ésta se almacena en Monte Grande.

Recursos
“Del contrato de US$354.2 millones se han gastado US$174 millones y no se ha comenzado con la presa de Monte Grande”.

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