¡Que actúe la Justicia!

Por distintas vías me han llegado las versiones y el expediente en el que se acusa a tres jóvenes de Tamayo de, en medio de una discusión, producir heridas penetro-cortantes a la joven Dayreni Rubí Cuevas González. De los acusados hay dos cumpliendo una medida de coerción de tres meses de prisión y son Melvin Ramírez Jiménez (Kiko La Foreta) y Algenis Beltré. El otro está prófugo. Este hecho ha sido muy lamentado por la comunidad, pues se suma a la ola de violencia que en los últimos años afecta a este laborioso municipio. No me toca a mí determinar quiénes son los culpables en mayor o menor medida de esta desgracia, pues, naturalmente, está el sistema judicial dominicano, con sus fiscales y sus jueces para impartir justicia ante este aberrante hecho. Determinados sectores le han querido dar un giro político a una acción meramente delincuencial, que por poco le cuesta la vida a esta joven. Se dice que los familiares de Dayreni, tras pensar que su pariente había sido asesinada, salieron en grupo a buscar a los agresores en una típica actitud de venganza. Se dice que los agresores tenían claramente un plan para matarla porque uno de ellos rompió una botella de cerveza que tenía en la mano, se quedó con el “cocote” puntiagudo del cristal para luego proceder a “cortarle la cara y el cuello”. Dayreni, después de varios días gravemente herida y sometida a continuas cirugías en la ciudad capital, pudo sobrevivir. Conozco a Roger Beltré, Edito Ramírez y a Rafael Cuevas, padre de los jóvenes. Sé que ninguno de ellos se prestarían a iniciar esta trifulca, en la que Dayreni cargó con la peor parte. Lo que me asombra es que ahora este caso de delincuencia común quiera llevarse al plano político con el marcado interés de perjudicar el futuro que, al frente del PLD en Tamayo, tiene Rafael Cuevas, a quien pretenden presentar como un hombre violento que mantiene a Tamayo en zozobra. No es justo que quienes adversan a Rafael usen esta tragedia por la que pasó su familia, para pretender sacarlo de circulación. Lo más lamentable es que sus detractares mayores provienen de su propio partido con los que tiene contradicciones coyunturales por aspiraciones puramente políticas. Si el caso ya está en la Justicia permitan que sean los jueces y los fiscales que tomen sus decisiones, pues para esas funciones los designó la sociedad.