En el día de ayer el canciller Andrés Navarro ofreció a la prensa unas declaraciones en las que afirmaba que no habrá prórroga al plazo establecido en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, con vencimiento previsto para el 15 de junio de este año, y a su vez pidió “evitar prejuicios y proyecciones negativas” sobre el plan.
De acuerdo a los datos de la encuesta Gallup publicados el pasado 12 de febrero, el 93% de los dominicanos favorece la repatriación de haitianos tras finalizar la regularización. También, el 89.1% entiende que se debe prohibir la entrada de más inmigrantes haitianos a República Dominicana y otra cifra de interés es que el 77% de la población dominicana entiende que los haitianos son tratados en el país con mucha consideración.
Esta encuesta reviste una gran importancia ya que revela con precisión la posición real de la mayoría absoluta de los dominicanos respecto al neurálgico tema de la migración haitiana e impide que autoridades gubernamentales como el ministro de Estado de Relaciones Exteriores se dejen confundir por activistas y comunicadores al servicio de otros intereses y que, como algunos de ellos tienen acceso a medios de gran audiencia, quieren crear la falsa percepción de que sus juicios antinacionalistas gozan de apoyo.
La mayor parte de los dominicanos está clara que el Gobierno ha dado muestras contundentes de querer resolver el problema migratorio, que los mecanismos de información y acceso al plan han sido efectivos, y que ya se han inscrito más de 142,000 personas.
Por tal motivo, es necesario que los servidores públicos con funciones en el tema sigan haciendo su trabajo y no se dejen distraer ni mucho menos amedrentar por una minoría con una agenda tan obvia que ya se les nota el refajo, y con intenciones tan peligrosas que incluso han querido utilizar incidentes delincuenciales aislados como el lamentable caso del haitiano ahorcado en Santiago para exacerbar pasiones, despertar odios y por ende tratar de generar conflictos que no existen.
Si las autoridades están haciendo en esta materia lo que la mayoría de la población pide y espera, significa que tienen los oídos puestos en los deseos del pueblo y que están haciendo las cosas bien. Y como lo que va bien no se arregla, deben mantener su curso de acción y no dejarse provocar por un puñado de personas para impedir innecesarios desvíos.
