Santiago. En medio de escena de dolor, familiares, estudiantes y profesores, les dieron el último adiós a las menores envenenadas por su padre. Las niñas Raydiri Arias Ortega, de 9 años, y Raydelin Arias Ortega, de 8 años de edad, fueron sepultadas a las 11:00 de la mañana de ayer en el cementerio municipal, donde también fue enterrado su homicida. La tragedia ha conmovido a los habitantes de este municipio de Nagua.
Rosa Dilannia Ortega, de 30 años de edad, madre de las niñas, tuvo que ser sedada para acudir al Campo Santo para despedir a sus dos únicas hijas.
Julio Arias López, de 32 años de edad, enveneno a sus dos hijas y luego se suicidó en su vivienda ubicada en la calle principal del sector de Río Mar del municipio de Nagua.
Para cometer el crimen, López engañó a sus hijas diciéndoles que las llevaría a su casa para tomarle una fotografía y las obligó a tomar un pesticida llamado Tide Methomil 90 SP.
El homicida cometió el hecho porque la madre de las menores se negaba a reconciliarse con él y según informó el Departamento de la Policía en Nagua, éste también la maltrataba físicamente.
Las menores Raydiri y Raydelin eran estudiantes excelentes del tercer y cuarto de la primaria.
