Sigue el motín

Después que Eddy Alcántara tronara por el alegado “trastrueque” de candidaturas que dijo pone en peligro que, por lo menos en la provincia Santo Domingo, vayan unidos a las elecciones el PRM y el PRSC, ya se han producido varias reuniones “en&#823

Después que Eddy Alcántara tronara por el alegado “trastrueque” de candidaturas que dijo pone en peligro que, por lo menos en la provincia Santo Domingo, vayan unidos a las elecciones el PRM y el PRSC, ya se han producido varias reuniones “en las alturas” en procura de controlar las huestes reformistas en la gran provincia, y hasta un comunicado aclaratorio circuló por los medios puntualizando que “todo está bien, aquí no ha pasado nada, etc., etc., etc.”. Pero de acuerdo con mis fuentes, “generalmente bien informadas”, el problema sigue, la insubordinación se mantiene en pie, “porque es que quieren vendernos magnesia por gimnasia”. Y sépase, que todo se ha agudizado porque el inefable Juan Hubieres está actuando bajo la proclama de que es el candidato a senador del PRM y aliados, con énfasis en que no va por el PRSC “porque esa es la escoria del pasado”. Alcántara, que ya se veía candidato por el bloque de partidos opositores que encabeza el PRM, se ha sentido ofendido por la reiterativa proclama que se atribuye hace en publico Juan para establecer la diferencia, y ha encontrado coro en otros reformistas de la gran provincia en igual situación y tienen el motín armado. Por más que se aclare y diga, de que hay problemas los hay, y se necesita más que un comunicado para aplacar a los compatriotas que ya se veían en la antesala de comer con grasa, aunque fuera a costa de los recursos que aporta la campaña. ¡Je, je, je…!

De que se va, se va

El flamante (o arrogante) ministro, al que indiscutiblemente le ha quedado grande, muy grande, el cargo; y al que hace tiempo, pero mucho tiempo, que lo vienen velando, no podía estar tan bien ubicado en el centro del huracán como para postergar su agonía en el puesto. Su imprudencia, y la falta de carácter que ha demostrado, quizás sin proponérselo, le han prolongado su permanencia en el gabinete, aunque ya no hay padrino, ni madrina, que lo salve de volar, volar y volar, talvez en cuestión de días o semanas. Pero de que se va, se va…

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