Sin correr

corremos si caminando en la calle avistamos un potencial asaltante, ante un animal feroz o cualquier signo de peligro, buscando escape. Igual quisiéramos afectados por situaciones difíciles: Correr para escapar de tribulaciones o mortificaciones…

corremos si caminando en la calle avistamos un potencial asaltante, ante un animal feroz o cualquier signo de peligro, buscando escape. Igual quisiéramos afectados por situaciones difíciles: Correr para escapar de tribulaciones o mortificaciones de las tantas que sufrimos las personas por innúmeras circunstancias. Como no es posible, la real salida es el “quedarse” y enfrentar con coraje el problema. Es conocido que ante el eventual ataque de una fiera, huir puede ser la opción menos recomendable. En cambio, si te aquietas  y actúas con astucia, podrías confundir al animal y desactivar su instinto violento. Perseguidos o amenazados, a veces la solución puede venir de detenernos y pensar con inteligencia, nunca “correr”.

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