Temer pide confianza a los mercados; Dilma dice peleará

Río de Janeiro.- El presidente interino de Brasil, Michel Temer, asumió sus funciones en una ceremonia sin pompas, en la que pidió confianza a los mercados y manifestó su “respeto” por la mandataria Dilma Rousseff, suspendida…

Río de Janeiro.- El presidente interino de Brasil, Michel Temer, asumió sus funciones en una ceremonia sin pompas, en la que pidió confianza a los mercados y manifestó su “respeto” por la mandataria Dilma Rousseff, suspendida de su cargo durante 180 días por el Senado.

Temer declaró su “absoluto respeto por la presidenta suspendida, Dilma Rousseff”, y aclaró que lo hacía sin “discutir las razones” que llevaron al Senado a abrir un juicio con miras a su posible destitución y “subrayando el más pleno respeto por las cuestiones institucionales”.

El presidente interino ocupará el cargo de Rousseff mientras dure el proceso contra la mandataria, pero deberá completar el mandato que vence el 1 de enero de 2019 en caso de su destitución, por lo que el tiempo que permanecerá en el poder es aún incierto.

Más allá de esa breve alusión a Rousseff, que unas horas antes había abandonado el Palacio presidencial de Planalto en que Temer puso en funciones a sus ministros, su primer mensaje fue dirigido a los mercados financieros y al sector empresarial, a los que pidió fundamentalmente confianza.

“Es necesario tener confianza en la democracia brasileña” y también en “la recuperación de la economía nacional, en los potenciales del país y en sus instituciones sociales y políticas”, declaró Temer en un salón abarrotado por dirigentes políticos que hasta ayer estaban en la oposición. La ceremonia no tuvo el calor popular que se respiraba en los actos que organizaba Rousseff, pero sí un “entusiasmo” con el “futuro que se abre para Brasil” que el propio Temer se ocupó de destacar.

Dilma: es una injusticia moral

Pocas horas después de que el Senado votó para que se iniciara un juicio político en su contra y la suspendiera del cargo, Rousseff atacó el proceso al que calificó de “fraudulento” y prometió pelear lo que ella llamó una injusticia moral más dolorosa que las torturas que padeció en la pasada dictadura militar.

Rousseff, primera presidenta mujer de Brasil, prometió usar todos los recursos legales a su alcance para defenderse a las puertas de un juicio en que los senadores van a decidir si la van a destituir, o no, por presuntamente hacer maniobras contables ilegales cuando manejó el presupuesto federal. “Pude haber cometido errores, pero nunca he cometido crímenes”, dijo Rousseff en una alocución de 14 minutos y con la voz entrecortada en algunos momentos. “Es la cosa más brutal que le puede pasar a un ser humano: ser condenado por un crimen que no cometió. No hay justicia más devastadora”.

La decisión del Senado vino después de meses de intensa batalla política en medio de la rabia del pueblo por un enorme escándalo de corrupción en la estatal petrolera Petrobras y una debacle económica, que arrojó al gigante latinoamericano a la incertidumbre política a solo unos meses de la celebración de los Juegos Olímpicos.

Los partidarios de Rousseff, también enfurecidos, consideran que el impeachment es un golpe de Estado y amenazaron con realizar protestas a gran escala y huelgas. Los enemigos de la mandataria insisten en que violó la ley y que los profundos problemas políticos, sociales y económicos del país solo pueden solucionarse si la presidenta sale del poder.

55 votaron a favor y 22 en contra 

La votación, 55 votos a favor y 22 en contra de Dilma. El senado tiene 180 días para celebrar el juicio y decidir si la mandataria debe ser destituida, o no.

“¿Alguien piensa que llegaremos a 2018 con una recuperación con este gobierno? Imposible”, dijo José Serra, que optó sin éxito a la presidencia por el Partido Socialdemócrata en 2010, el año en que Dilma llegó al poder. “El impeachment es solo el inicio de la reconstrucción”.Rousseff, de 68 años, ha argumentado que no ha sido acusada de cometer crimen alguno y que mandatarios anteriores hicieron las mismas maniobras contables que hoy la tienen suspendida. Ha insistido en que, a diferencia de muchos de los que han presionado para impugnarla, ella no afronta acusaciones personales de corrupción. Además se dispuso la disolución del gabinete de 27 ministros, lo que se considera allanaría el camino para que Temer nombre a sus propios ministros. Temer ha insinuado que reduciría a 22 el número de funcionarios de gabinete. Analistas sostienen que Rousseff se metió en problemas por sus bruscas formas y la percepción de su reticencia a trabajar con legisladores, que podrían haberse convertido en aliados. La presidenta, sin embargo, sugirió que el sexismo en una Cámara de Diputados dominada por hombres jugó un papel en el proceso en su contra.

La suspensión de Rousseff y su posible destitución pone fin a 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores, o PT, reconocido por haber sacado a unos 35 millones de brasileños de la pobreza extrema en los últimos años pero ha sido vilipendiado por estar al mando del país cuando supuestamente se desviaron millones de la petrolera estatal Petrobras en un entramado de corrupción de otorgación de contratos por sobornos.

De su lado, el presidente Barack Obama confía en que las instituciones democráticas brasileñas soportarán la turbulencia causada por el juicio político abierto contra la mandataria Dilma Rousseff, dijo el jueves la Casa Blanca.

“Estados Unidos apoyará a Brasil aún en esta etapa difícil, y mantenemos la confianza en la capacidad del Gobierno para depender de sus tradiciones establecidas y leyes para sortear el camino”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest durante su conferencia de prensa diaria.

180 días
El Senado tiene 180 días para realizar un juicio y decidir si Rousseff debe ser retirada del cargo de manera permanente.

Corrupción
Temer ha sido indiciado en la red de corrupción en Petrobras, así como Renan Calheiros, líder en el Senado.

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