Todos ganamos

Todos nos proponemos, al inicio de cada año, metas a lograr, a las cuales muchas veces no podemos llegar. Hoy, quiero hacer un planteamiento de algo que no es usual colocar como básico en nuestras vidas, a través de lo cual tendremos grandes satisfacci

Todos nos proponemos, al inicio de cada año, metas a lograr, a las cuales muchas veces no podemos llegar. Hoy, quiero hacer un planteamiento de algo que no es usual colocar como básico en nuestras vidas, a través de lo cual tendremos grandes satisfacciones y que debería de ser la primera meta de cada uno de nosotros los seres humanos, y es el pedir a Dios la oportunidad de poder cada día dar algo a alguien. Muchas veces creemos que solamente es en lo material que podemos aportar para una vida, sin embargo, son muchas las personas necesitadas de una sonrisa, un apretón de mano o un sostén ante situaciones adversas donde quizás sobre el dinero, pero falte tanto que el otro se sienta más que pobre. Dice la Biblia en Hechos 20:35 “…recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.”
Repitiendo una frase de una que para mí ha sido un gran ejemplo, y fue la Madre Teresa de Calcuta, la cual vivió por largos años para dar: “Hay que dar hasta que duela.” Exigimos recibir de los familiares, hijos, autoridades gubernamentales… Pero, hasta dónde nosotros cumplimos la parte que nos corresponde entregar. Creo importante incorporar desde hoy, como meta del año que se inicia, que sea nuestro deseo diario que no termine un día sin haber hecho algún aporte hacia aquellos que nos rodean. En ocasiones, los que necesitan son nuestros hijos, esposo (a), servicio doméstico, y ni cuenta nos damos que no les estamos dando lo que en verdad tenemos y debemos de ofrecer a aquellos que están más cerca de nosotros. Empecemos en nuestros hogares, vecindario, aportando cada día en las calles, de las cuales nos quejamos de la agresividad de todos aquellos que transitan a nuestro alrededor. ¿Hacemos lo mismo, o nos detenemos a tomar la iniciativa de marcar la diferencia y respirar profundo? Entiendo que, si en vez de responder con la misma moneda, tratamos de programar al iniciar cada día no responder a aquellos que intentan desafiarnos con insultos, maniobras inadecuadas, bocinazos, y por el contrario cedemos el paso tanto a los que andan en los vehículos, a aquellos que transitan como peatones en nuestras calles, con esto cumplimos el cometido de las citas mencionadas, cuya respuesta es el gozo interior.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas