Valdespín da el mejor regalo a su madre

SAN PEDRO DE MACORÍS.- La noche del pasado lunes, doña María Guzmán recibió el regalo de madre por adelantado de parte de su hijo Yordany Valdespín.

SAN PEDRO DE MACORÍS.- La noche del pasado lunes, doña María Guzmán recibió el regalo de madre por adelantado de parte de su hijo Yordany Valdespín. Un obsequio, que para ella, quedará impreso en su mente por mientras vida tenga.

Sentada en el sofá de la casa, junto a su esposo Máximo Antonio Valdespín, la dama observaba el televisor ante la noticia de que su hijo había sido subido por segunda ocasión en la temporada al equipo grande de los Mets. Mayor fue la sorpresa cuando, en la novena entrada, Valdespín dejaba de ser el muchacho que antes se pasaba horas muertas en un estadio ubicado al frente de su casa en el barrio Azul de esta ciudad, a ser el héroe que decidió la victoria de su equipo ante los Filis de Filadelfia, gracias a su primer imparable en las Mayores: un cuadrangular de tres carreras contra el cerrador Jonathan Papelbon.

“Cuando vi eso no me aguantaba de la alegría”, dijo Guzmán a periodistas de Multimedios del Caribe. “Tuve que salir a la puerta de la emoción que sentí en ese momento. No me aguantaba. Ese momento fue de mucha felicidad para toda la familia y los vecinos que nos encontrábamos en ese momento observando el juego”, recalca la dama.

Valdespín se convirtió la noche del lunes en el primer jugador en la historia de las Grandes Ligas que su primer hit es un jonrón ante un lanzador con 200 o más salvamentos. Expresa que una vez finalizó el partido, “Kiko” mote con el que se le conoce en el sector, no perdió un momento en tomar un teléfono para llamarlos y hacerles saber de la emoción que en ese instante sentía.

“Mami, te dediqué ese jonrón. Ese es el regalo más precioso que te puedo dar por adelantado para el día de las madres. Espero que lo estés disfrutando junto a papi como yo también”, dijo doña María, mientras observaba uno de los tantos cuadros fotográficos que hay en algunas de las paredes de la casa ubicada en las proximidades del estadio Tetelo Vargas.

Aunque por un lado se siente triste porque no logró concluir el bachillerato (llegó hasta el tercero), está muy orgullosa porque su hijo pudo realizar el sueño que muchos otros jóvenes buscan.

“Yo le decía que el deseo mío era ver un diploma de bachiller enganchado en la pared, pero ahora mismo no hay mejor diploma que esas fotos que tengo de él en las paredes de esta humilde casa. Aunque no lo logró terminar sus estudios, me siento muy orgullosa al igual que su padre, quien se sacrificó mucho para estar en ese lugar: uno de mil”, expresó.

Esa misma felicidad que presentaba la madre del también jugador de los Tigres del Licey en ese momento, se extendía a su padre, quien en la actualidad se desempeña como camionero.

“No contuve las lágrimas”, sostiene Antonio Valdespín, mientras sus claros ojos nuevamente se humedecen al recordar cómo su vástago era cargado por sus demás compañeros de equipo tras concluido, a su juicio, ese histórico encuentro.

“No paré de llorar de la felicidad al ver a mi hijo como en ese momento se convertía en todo un héroe. Solo le pido a Dios que le dé mucha salud y a la vez muchas bendiciones para que siga trillando un camino correcto en este deporte”, agregó.

El caso de Valdespín es diferente al de otros dominicanos que en su primer turno en las Grandes Ligas han dado un jonrón. Solo ocho lo han hecho.

“El muchacho de la casa”

Para doña María Guzmán, Valdespín, a pesar de tener 24 años, sigue siendo el mismo “muchacho de la casa”, que cuando está en el país no pierde un segundo para estar al lado de sus más cercanos familiares y amigos.

“Él es muy apegado a todos nosotros. Es nuestro único hijo. Cuando pequeño nunca nos dio carpeta. Fue un muchacho tranquilo que siempre le gustaba su pelota. Muchas veces no bien llegaba del colegio y de una vez se iba para el estadio a jugar pelota”, recuerda Guzmán.

Un estrecho camino lleno de maleza es lo que separa la casa donde residen los padres del joven jugador de los Mets del estadio donde acudía a diaro a nutrirse del béisbol. Al cuestionársele sobre los gustos de su hijo, su madre, quien hace una pausa pensativa y entre risas, dice que el arroz y la carne.“Ese muchacho es loco con eso, claro, acompañado de un jugo de china, toronja o de limón”.

El temperamento, su peor enemigo

Rafael Landestoy conoce de cerca la carrera de Yordany Valdespín tanto en la academia de los Mets en Boca Chica, como con los Tigres del Licey. “Es un jugador que ha tenido temporadas magníficas en las Menores, en especial el año pasado en Doble A y Triple A”, expresa el exdirigente del Licey. Pero no todo es color de rosa en las expresiones de Landestoy sobre Valdespín.

Sostiene que el temperamento que posee ha sido su peor enemigo en su carrera. “Por eso no llegó temprano a las Grandes Ligas”, dijo. “Ese ha sido su mayor enemigo. Su forma de manejarse y como todo muchacho joven ha tenido sus tropiezos. Con el tiempo hemos trabajado mucho con él para que cambie esa forma de ser”, agregó.

Opiniones

Nos sentimos alegres cuando vimos que él conectó ese jonrón. Fue una noche para el recuerdo”.
Edinson Sánchez
Amigo de infancia y preparador

Causó mucha alegría. Es un muchacho que viene de nuestra liga. Tiene muchas condiciones para brillar”.
Rafael Landestoy
Coordinador de la Academia de Los Mets

Cuando pequeño tenía que bregar mucho porque se escapaba del colegio para irse a ver un juego de pelota”.
María Guzmán
Madre

Espero que cada día se agarre de Dios. Que se deje llevar de los consejos que otros le puedan dar”.
Máximo Antonio Valdespín
Padre

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