Mi nuevo internamiento, por efectos colaterales de dos medicamentos

Por medio de mis escritos comparto con familiares, amigos y amistades, las que son mis vivencias y opiniones con respecto  a asuntos nacionales e internacionales; mis alegrías y penas, así como cualquier cuestión que crea de interés dar a conocer. No tengo nada que ocultar que puede y debe ser conocido por la  opinión pública. Encubrir no forma parte de mi vida, la cual he tratado de llevar como la página de un libro, abierta.

Introducción 

1.- Por medio de mis escritos comparto con familiares, amigos y amistades, las que son mis vivencias y opiniones con respecto  a asuntos nacionales e internacionales; mis alegrías y penas, así como cualquier cuestión que crea de interés dar a conocer. No tengo nada que ocultar que puede y debe ser conocido por la  opinión pública. Encubrir no forma parte de mi vida, la cual he tratado de llevar como la página de un libro, abierta.

2.- He dado la anterior explicación para comunicar algo que me ha ocurrido y sirve para cualquier persona percatarse, o saber las consecuencias que traen algunos medicamentos.

3.- Un paciente puede resultar gravemente lesionado en su organismo, por los efectos colaterales de un producto medicinal, sin importar la capacidad del médico, efectividad del producto y su adecuada aplicación.

II.-  He sido lesionado por los efectos secundarios de dos medicamentos 

4.- En forma sucesiva he sido víctima de los efectos  secundarios de dos medicamentos, no obstante el prestigio de los laboratorios, y calidad de los productos  que me aplicaron los galenos, así como  la probada capacidad de estos.

5.- Los órganos interiores que componen mi estructura humana, son buenos y para mi edad están, según mis médicos, en excelentes condiciones, solamente afectados ahora por los efectos secundarios  de los fármacos  que me han hecho la vida difícil por espacio de 8 meses, motivando hasta internamientos hospitalarios,  el último ocurrido  el lunes 19 del mes y año en curso.

6.- Un enfermo  resultar  atacado en su organismo por los impactos  derivados  de una medicina, es una eventualidad que escapa a la voluntad del médico, y a lo esperado  por el indispuesto. Mis médicos, ni yo, jamás podíamos esperar las consecuencias y padecimientos que me han venido encima por los efectos no deseados  de dos medicamentos.

7.- Todo aquel que para atacar un quebranto se toma un medicamento, debe saber que está expuesto  a pasar los peores momentos. Algo semejante me ha ocurrido a mí  que por eliminar un quebranto, he puesto en riesgo mi organismo entero y paz espiritual.

8.- A cualquier persona física que, como paciente se la aplica un medicamento  con componentes químicos, está expuesta  a padecer de  secuelas  no deseadas. Unos de los productos que me  han causado daños, sus efectos secundarios  lesionan a una de cada 10 mil personas.

9.- El cuerpo humano está compuesto por un conjunto de órganos que, en apariencia, funcionan independientes, pero comprobamos su sincronización una vez uno cualquiera es lesionado. Si tomamos una medicina para curarnos un espacio de la piel, es posible que el inofensivo remedio nos dañe el hígado, el estómago y hasta nos limite la movilidad y la visión.

III.- Reflexión final

 

a.- Cualquier persona con sano juicio y libre de prejuicios,  debe estar consciente de que,  una vez hace uso de un medicamento, se aproxima a un daño o desgracia. Lo circunstancial jugó su papel en los efectos no deseados  que golpearon duramente mi organismo, y todavía hoy me hacen sentir sus perjuicios de todo tipo.

 

b.- Luego de lo que me ha sucedido por los efectos colaterales de dos medicamentos correctamente aplicados por mis médicos,  elaborados en laboratorios  internacionales acreditados y certeramente indicados para combatir mi afección, lo único que me resta decir es que debo estar preparado para no ser presa  de la desesperación y continuar los tratamientos adecuados hasta vencer los componentes químicos que han infectado mi organismo.

 

c.-  Soy un ser humano lleno de optimismo y acompañado de un espíritu esperanzador; solo espero lo halagüeño y favorable. Estoy cargado de entusiasmo; ilusionado y positivo. Sé que voy a recobrar mi salud, porque  estoy impedido de morirme ahora, además de que todos los médicos que me atienden son seres humanos excelentes, y  profesionales reconocidos por su dominio de las ciencias médicas. En ellos confío como personas sensibles  y expertos de la medicina.

 

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