El PRM ha colocado su estrategia en la búsqueda de que el PLD se divida.

Lo dijeron cuando asumieron a última hora la aprobación de la coletilla de la Ley de Partidos, para que fueran los altos organismos partidarios los que decidieran el tipo de padrón para elegir sus candidatos.

Entendían, por no saber leer ni oír, que Leonel no quería primarias abiertas.

La posición de Leonel ha sido que no acepta una violacion constitucional, la cual está localizada en la Ley de Partidos cuando su norma dispone que sean los altos organismos (el CC del PLD) que decida el tipo de padrón a ser utilizado para escoger sus candidatos, y no como está dicho en sus estatutos.

Aceptar una violación constitucional es romper las reglas del juego, lo que ocasionaría permitir hacer lo que se quiera desde el Poder. En ese contexto desordenado y sin reglas constitucionales, se facilitaría ilimitar la actuación desde el Poder, incluyendo permanecer en él introduciendo la reelección.

La sorpresa ha sido que en el CC ha habido acuerdos, se aprueban las primarias abiertas, sujeto a la consulta a la Plenaria del Congreso partidario. Esa consulta fue propuesta de Leonel, para salvar la inconstitucionalidad de la ley.

El PRM creyó que Leonel no quería las primarias abiertas. No los leían ni los escuchaban de viva voz. Leonel precisaba que no se trataba de primarias abiertas o cerradas, sino que las abiertas despojan a los afiliados de sus derechos a elegir, si no son éstos los que aprueban su aplicación; a esos fines el CP está autorizado a formar una comisión para adecuar los Estatutos a la Ley y refrendarse en el Pleno de dirigentes.

Con ese acuerdo en el CC del PLD se superó esa limitante inconstitucional de violacion a la libre asociación.

Un perremeísta puede alegar que aún queda otra escaramuza entre los peledeístas, a propósito del asomo reeleccionista. A ellos se les debe decir que ese no es un tema sólo del PLD, sino de todo el país; interesa a las organizaciones económicas, empresariales, religiosas y de la sociedad civil. Se trata de un manejo de la seguridad jurídica y la gobernabilidad. En el partido de gobierno eso no se desconoce, mucho más cuando en cada publicación de encuesta se repite que en más de un 70% de la población no quiere reforma constitucional.

La estrategia del PRM ha descansado en lo que decida el PLD, siendo su error porque en la actividad política no debe descansar la estrategia propia en lo que el otro pueda hacer; lo contrario es poner sus huevos en canasta ajena.

Ese partido y otros sectores deben reflexionar en lo que ha sucedido entorno a la aprobación y aplicación de la susodicha ley. Cuando el CP dejó en libertad a sus legisladores, la defensa a la Constitución parecía pasar a manos del PRM, por tener los votos para impedirlo en la Cámara de Diputados; se equivocó y el vacío lo llenó Leonel.

Fue una formidable oportunidad para ese partido, podía exhibirse como defensor de la constitucionalidad. Pero su falta de visión de Estado, lo llevó a dejársela a Leonel quien demostró la firmeza necesaria, para que el PLD llegue a un gran acuerdo unitario que le era necesario.

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