Nunca como ahora se justifica un endeudamiento de la República Dominicana para que tenga acceso a Fondos Verdes a través de préstamos de desarrollo que sirvan para financiar la acreditación de nuestras instituciones medioambientales y desarrollar así sus capacidades y talento humano en la gestión de riesgos, acceso a bonos verdes como plan de prevención en la gestión de todo lo relacionado con el clima y la implementación de canje de deuda por clima o por naturaleza.

Cuando el mundo conoció el poema ¨El Hombre¨ de Benedicto Rui Barbosa.. El hombre es el único animal que mata para no comer / El hombre es el único animal que corta el árbol que le da sombra /El hombre es el único animal que escupe el agua que bebe/ por eso está condenado a la muerte, inició la preocupación por el clima, la Cumbre Río´92 se adueñó de todos los espacios para llamar la atención del futuro de la tierra, pero parece que aún no se ha desarrollado la conciencia ciudadana de los que estamos provocando, tanto, que en el 2015 el Papa Francisco publicó la Encíclica Laudato Si´ como una advertencia a lo que estamos haciendo con nuestra casa común. Todavía tenemos una deuda pendiente al respecto.

El argumento fundamental para poder entender la propuesta de un endeudamiento para estos fines es saber que el Ministerio de Medioambiente de la República Dominicana está siendo regenteado por Miguel Ceara-Hatton, con él, cualquier recurso está seguro, será bien invertido y dará frutos abundantes para bien de nuestro clima y nuestra gobernanza. Se están preparando los TDR´s para el convenio internacional de acceso a US$ 2,750,687 de fondos climáticos para la creación de capacidades, creación de una mesa de financiamiento sostenible para la asistencia técnica a las instituciones financieras locales y la transformación del Fondo Nacional para el Medioambiente, creando políticas de empleos verdes y la implementación de estrategias y programas de educación y capacitación vocacional con un concepto sostenible.

El pasado 6 de noviembre de este año 2022 fue celebrada la Cumbre del Clima Egipto (COP27) en la ciudad de Sharm el-Sheikh, el fin de esta Cumbre fue organizar esfuerzos para combatir el cambio climático, después de saberse que el 99,9% de los estudios científicos ha demostrado que estos cambios tienen origen antropogénico. Es decir, provocados por los seres humanos, el único ser racional sobre la tierra.

La palabra COP se traduce de las siglas provenientes del inglés Conference of the Parties (Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Clima) y es una actividad que se celebra anualmente con el objetivo de analizar la situación medioambiental del planeta y tomar decisiones concretas contra el calentamiento global, la primera tuvo lugar en Berlín en 1995. La República Dominicana estuvo presente en la COP27 teniendo a Micky Ceara-Hatton como representante principal de una comisión de alto nivel de conciencia ciudadana y alta formación para traer los más actualizados insumos científicos de cuidado de la tierra y el aseguramiento de un planeta sano para las nuevas generaciones.

Según el World Resources Institute las partes del mundo que más emisiones globales acarrean son China, Estados Unidos y la Unión Europea, que según lo explicado por este instituto científico, juntas, estas localidades, emiten casi la mitad de todas las emisiones, las cuales continúan aumentando y sin garantías de que los compromisos adoptados se puedan cumplir. Ello implica que, en términos generales, el propósito de alcanzar lo planeado en el Acuerdo de París COP21 sigue siendo complejo y casi imposible, quedando aún pendiente los temas de dar apoyo a los países que son los más afectados por la crisis climática, transición energética justa y energías renovables, Glasgow sigue pendiente porque la guerra entre la OTAN y Rusia centró toda la atención, al igual que las posturas de Amnistía Internacional y los observadores de los derechos humanos (Human Rights Watch).

La República Dominicana asume retos ante la COP27, pues está marcada por la prevalencia de eventos climáticos extremos ante el ritmo actual de emisiones. La muestra más fehaciente es que por la caída de 70 milímetros de agua en tres horas provocó las más grandes inundaciones conocidas en la historia reciente. En tres horas cayó el 50% del agua de noviembre por causa de estos desórdenes climáticos que hemos creado los seres humanos.

Queda como única opción a favor de la acción climática, la adopción de medidas individuales orientadas a la sostenibilidad, por lo que la toma de conciencia social es importantísima. Ante esta realidad, la ciudadanía tiene que ser consciente de que mantener el consumo de combustibles fósiles es incompatible con paliar la crisis climática. Esto implica un cambio en nuestro estilo de vida y modelo socioeconómico que probablemente pase por un decrecimiento. Como ciudadanos responsables debemos disminuir nuestra huella de carbono, reducir nuestro consumo especialmente si procede de actividades ecológica y socialmente dañinas y exigir medidas eficaces de protección de la naturaleza para mejorar la capacidad de mitigación de nuestros ecosistemas.

La conciencia ciudadana debe expresarse a través de la esperanza que representan los jóvenes, son ellos los llamados a preservar el espacio que les servirá de soporte para su desarrollo armónico con el Medioambiente, sin olvidar el papel de la sociedad civil en aquellos países de vocación democrática los cuales están avocados a tener representantes que, con su elección expresen la voluntad política de gobiernos comprometidos con sus responsabilidades de evitar los peores impactos del cambio climático, como sequías, olas de calor, lluvias más frecuentes y severas consolidando así los avances en las importantes líneas de trabajo de mitigación, adaptación, financiación, pérdidas y daños, que se puede enfrentar con una consciente financiación para hacer frente a los impactos del cambio climático en nuestros días.

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