En su obra la Educación como práctica de la libertad, Paulo Freire deja un legado innegable a todas las aspiraciones de cambio del esquema educativo en el Caribe: hacer del conocimiento un esfuerzo por llegar a la verdad a través de la pregunta reflexiva. Freire construye una postura crítica de donde resultan las pedagogías de la pregunta y social.

Con la Pedagogía Social se aspira a crear un diálogo entre el docente y el discente, que supera la educación bancaria la que forma niños sumisos e indiferentes, en oposición al aspirantado de que sea la educación que lleve al ciudadano a reflexionar sobre el mundo circundante para interpretarlo, comprenderlo y transformarlo. En su concepto amplio, la pedagogía crítica de Freire entiende los intereses encontrados entre opresor y oprimido, decodifica los hilos de la dominación del opresor, los mecanismos mediáticos empleados para generar un comportamiento masificado, elemental, manejado por miedo y con la creencia de que no está en capacidad de afrontar la realidad.

En la Década Perdida (1980- 1989) todo El Caribe asume los principios de la idea innovadora de Paulo Freire en la que se produce un conocimiento impugnador, genera preocupaciones y compromisos para involucrarse en la construcción de una sociedad y un mundo más humano, equitativo, racional y comprometido con la esperanza. Muestra un compromiso con los oprimidos de América Latina y el Caribe, con los marginados, los excluidos, los campesinos sin tierra, los millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan y a los cuales las sociedades no les ofrecen oportunidades. En este enfoque se muestra una realidad en donde el dueño de los medios es una especie de quien determina el pensamiento, la falsa verdad, presentándolo generoso, promovedor de cultura, promotor de la buena voluntad, pero en realidad es quien organiza políticas culturales para profundizar la dominación social y la hegemonía cultural a escala local, regional y global.

La educación llevada al Caribe, a partir de la experiencia de Freire, surge en pleno desarrollo de la visión neoliberal de todas las actividades humanas, en la que hay un empeño en promover la calidad como producto. Aquí, el alumno pasa de educando a cliente, se procura regular el servicio educativo con el propósito de que se eduquen quienes pueden pagar, Se entiende la lógica del mercado como una relación de deshumanización de la educación, vista esta, más que como un proceso, una visión dominante de quienes manipulan los entramados sociales.

La realidad caribeña es otra. Nos presenta a un ciudadano que tiene pocas herramientas para enfrentar el presente, en la que no importan los principios éticos. Las humanidades están acorraladas y excluidas de las pensa y planes de estudios de universidades laicas y confesionales y cada día, la educación técnica es presentada como la salvación para la formación exitosa del alumno y que a su vez se inserta en el mercado laboral.

Por decisión de la UNESCO, las ideas pedagógicas de Paulo Freire fueron asumidas entre los años 1990-99, para promover la “Educación para todos” , acción que fue una especie de debut y despedida, pues, aunque procuraba mejorar la cobertura en asuntos de formación integral, de educación en la diversidad, de dar respuestas a la exclusión educativa y a otras situaciones que generan deserción y desigualdad, el caso fue todo lo contrario. Si se toma en cuenta el enfoque Freiriano, en la actitud asumida por la UNESCO es todo lo contrario, porque en la práctica se imponen los criterios financieros y de mercado establecidos por el BID, BM y el FMI. Esta década está llena de reformas educativas en el Caribe y América Latina , que, aunque se inspiran en las ideas emancipadoras de Freire responden a la lógica de la visión neoliberal de la educación.

La educación del siglo XXI debería instruir a los alumnos para: aprender a hacer, aprender a ser, aprender a conocer y a aprender a convivir con los demás. Estos pilares de la educación ahora han sido transformados en competencias en el modelo rentista de la educación neoliberal en que han llevado a Latinoamérica y el Caribe.

Hoy, el subcontinente latinoamericano, sobre todo el área del Caribe es colocado como el espacio de la esperanza, donde la mayoría de la población es joven, donde históricamente ha habido grupos oligárquicos que se han apropiado de las riquezas, región del mundo con más desigualdad y donde la intelectualidad desde diferentes perspectivas intenta explicar la realidad, la cual era tratada a partir de la visión marxista, que intentaba estudiar esta realidad a partir de sus problemas, contexto histórico, legado colonial, así como la relación centro-periferia. Este enfoque atribuía los factores del subdesarrollo y atraso de América Latina y el Caribe al comercio desigual, al saqueo colonial y poscolonial, al rol de suplidor de materia prima que le corresponde a la región latinoamericana en el esquema del capitalismo global, ya superado.

La CEPAL también ha intentado explicar los problemas centrales que se observan en las sociedades latinoamericanas y caribeñas .Los filósofos de la época centraron sus pensamientos tratando de desconectar la dependencia con Europa, pero fue imposible porque el esquema europeo se impuso.

En el plano religioso, el Caribe, después de las conferencias de Medellín y Puebla (1968, 1979) asumió una teología desde las comunidades eclesiales de base, desde la realidad de la comunidad indígena, desde lo rural, desde la situación del joven, hasta llegar a reflexionar y vivir los evangelios desde la realidad y condiciones existenciales de las comunidades, siendo la educación el principal propósito de transformación.

Paulo Freire representa la versión más elevada del pensamiento crítico para la segunda mitad del siglo XX, En septiembre del 2021 se cumplieron 100 años de su nacimiento. Se hicieron esfuerzos para analizar la dimensión y el impacto de su pensamiento pedagógico que se configuró en una realidad latinoamericana con la mitad de su población analfabeta, donde los espacios académicos estaban dominados por hombres. En los centros urbanos existían algunas oportunidades educativas, pero en los entornos rurales la ignorancia y la ausencia de poder insertarse en el ámbito académico era la regla. En esa década 1960-1969 florecen los movimientos sociales en el mundo y ahí también empieza a hacerse notable el enfoque de alfabetización del ser humano planteado por Freire. Para él ningún acto educativo es imparcial, la educación tiene un compromiso en ayudar al ser humano a emanciparse y romper las ataduras de la ignorancia, a comprender las estructuras que lo atan a la pobreza, exclusión y desigualdad.

Con la caída de algunos gobiernos de corte progresistas, también es afectada la idea de pedagogía propuesta por Freire. En 1964, cae el gobierno liberal y reformista de João Goulart, en el cual se promovía el pensamiento de Freire en la educación. Al llegar una dictadura militar de más de 20 años a Brasil, Freire fue desterrado de su patria. Entre 1965 y 1990 Sudamérica fue escenario de dictadores. Se puso en marcha la Operación Cóndor, que es lo mismo que eliminar a pensadores progresistas. Freire tuvo casi que imitar a Hostos en su Peregrinación de Bayoán. Su vida fue un eterno peregrinar, pero esparciendo su fecundo pensamiento. Siempre fue un convencido de que la alfabetización es un acto de concienciación, no solo de romper con la ignorancia, sino de colocar herramientas a los individuos para proteger la naturaleza, generar riquezas y comprender la situación de pobreza en que vive. Para Freire, la educación es un instrumento y práctica de la libertad y de transformación del hombre y la sociedad.

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