Katherine Acosta labora como profesora de danza en el Centro República de Argentina. FUENTE EXTERNA
Katherine Acosta labora como profesora de danza en el Centro República de Argentina. FUENTE EXTERNA

La bailarina Katherine Acosta se formó como bailarina en la academia BalleTeatro Dominicano, donde desde el primer día de su llegada sintió el compromiso de cada uno de los maestros que les enseñaron no solo técnicas de baile, sino que también le formaron en valores, disciplina y la incentivaron a ser buena compañera. “Al pasar de los años es que uno como individuo entiende el porqué de tantas exigencias, ya que al estar luego en otros lugares de trabajo suelen dar buenas referencias de cada uno de los que allí fuimos formados”, expresó la bailarina, quien desde pequeña fue influenciada por sus padres y su amor por la danza, ya que en los 80’s sus progenitores fueron bailarines del ballet folclórico de la Universidad O&M. También, ella tuvo influencias de los programas infantiles que veía en los 90s.

¿Dónde te formaste y quienes fueron tus referentes en el baile? 

Desde que tengo uso de razón, he sido influenciada por mis padres y su amor por la danza. En los años 80, ellos fueron bailarines en el grupo de ballet folclórico de la Universidad O & M. También tuve influencias de los programas infantiles que veía en los 90s, mis padres me veían imitando las coreografías que presentaban. Un día mi mamá me preguntó si quería tomar clases de ballet, luego de ver un anuncio en el periódico de la academia BalleTeatro Dominicano que en aquel tiempo estaba en la Zona Colonial, bajo la dirección de la maestra Ximena Quintana. Allí comencé a tomar clases en 1998 a los 5 años y desde ese tiempo fui formada en ballet clásico por Ximena y su hija Carla Fauchard, actual directora de la academia. También tomé  clases de jazz con Yolanda Campuzano, luego con el profesor Wilbert Beltre. A partir de 2005 comencé a trabajar más en el estilo neoclásico y he tomado clases de danza urbana con los profesores Evelyn Tejeda, Daonil Vargas y Erick Guzmán, este último director y coreógrafo de Ballet Ópera, otra compañía a la que también pertenezco.

Katherina expresa que «desde que tengo uso de razón, he sido influenciada por mis padres y su amor por la danza».

¿Cuáles son tus objetivos como bailarina?

Seguir aprendiendo nuevos géneros de danza y en el proceso seguir llevando mi cuerpo a límites que aún no conozco.

¿Qué te hizo pensar que querías seguir una carrera como bailarina?

En principio los programas infantiles que veía de niña como “El club de Isha”, “Sábado Chiquito de Corporán” y “El Club de los Tigritos” de Venezuela. Con este último me quedaba fascinada con sus coreografías musicales. También, miraba videos de artistas como Backstreet Boys, Spice Girls, Fey, Michael Jackson, Britney Spears, Thalía y Madonna.

¿Cuál ha sido el mayor desafío que has encontrado en tu carrera?

Bueno, creo que poder dominar la técnica clásica. Y la verdad es que si no me hubiesen apuntado en ballet a los 5 años se me habría hecho más difícil llegar al nivel en el que estoy actualmente. Sin embargo, eso no quiere decir que sea imposible llegar a un nivel profesional si se empieza a entrenar luego de los 17. He visto casos de amigos que han llegado lejos.

¿Qué trabajo te ha marcado profesional y emocionalmente?

Cada una de las producciones coreográficas de BalleTeatro tiene cierto nivel de dificultad. Para 2016 teníamos una presentación muy importante que se llamaba “Dominicano Soy”, la cual llevaba un alto nivel de interpretación, recuerdo que en esos días no me encontraba precisamente bien emocionalmente, así que usé todos esos sentimientos a mi favor. La verdad, ha sido una de las actuaciones más intensas y que más he disfrutado.

La bailarina explicó que el baile le ha traído muchos beneficios, tanto físicos como psicológicos

¿Por qué te gusta este tipo de baile?

Si nos referimos al estilo neoclásico, creo que es un género que para llevarlo a cabo no solamente depende de la técnica, sino también que requiere de una gran exploración de nuestro interior. Poder plasmar todo eso en los movimientos hace que la danza sea mucho más emocionante.

¿Cuáles beneficios da el ballet?

Me ha traído muchos beneficios, tanto físicos como psicológicos. Soy más consciente de mi cuerpo, tengo más capacidad de movimiento, mejor coordinación… Siempre me mantengo en forma y puedo realizar con mayor facilidad otros estilos de danza, ya que el ballet fortalece el cuerpo en su totalidad.

¿Qué consideras importante para llegar a ser profesional?

La constancia, disciplina y tener en cuenta que en el trayecto seguiremos aprendiendo cosas nuevas. Creo que no tengo que agregar más.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Personalmente siempre se puede seguir mejorando con las prácticas, también puedo ir a otros lugares, conocer otros escenarios y compartir junto a otros bailarines talentosos. También, puedo seguir transmitiendo mis conocimientos a nuevas generaciones.

¿Cuáles son los motivos que te impulsan a seguir con tu carrera?

Ahora mismo creo que el hecho de estar compartiendo mis conocimientos a nuevas generaciones. Laboro como profesora de danza en el Centro República de Argentina y me llena ver cómo los chicos disfrutan bailar en un escenario. Hablo de jóvenes con diferentes situaciones, los cuales encuentran un camino más sano al aprender una o dos disciplinas de arte.

¿Cuál son los mayores prejuicios que tiene la sociedad hacia el baile?

Prejuicios tan mentados como “el que vive de la danza muere de hambre” o “que los varones se vuelven afeminados”, por decirlo de una manera más moderada. Esos son los prejuicios con los que he crecido y que creo que poco a poco se están rompiendo, ya que en los últimos años veo a padres apoyando a sus hijos varones en su elección de ser bailarines, además de que poco a poco hay más oportunidades de trabajo.

Dentro de los objetivos de la bailarina están seguir aprendiendo nuevos géneros.

¿Se puede ser bailarina y vivir de ello actualmente?

Aún es algo que en la República Dominicana seguimos luchando. Como mencioné antes, ahora hay más oportunidades de trabajo para los bailarines, pero la realidad puede cambiar más rápido si seguimos fomentando las artes a la población en general.

¿Quiénes te inspiran en tu carrera como bailarina?

Ahora mismo mi fuente de inspiración y de empuje son mis alumnos. Cuando los veo recuerdo mis procesos y eso me hace motivarlos, además al verlos alcanzar sus objetivos me motiva a ser mejor bailarina y maestra de danza.

Legado

Desde pequeña fui influenciada por mis padres y su amor por la danza, ya que en los 80’s ellos fueron bailarines folclóricos de la O&M”.

Propósito

Dentro de mis objetivos están seguir aprendiendo nuevos géneros de danza y en el proceso seguir llevando mi cuerpo a límites que aún no conozco”.

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