Muchos padres tienen tendencias a grabar en su piel temas relacionados con la familia, la fuerza, el poderío y el amor

Con frecuencia me llaman la atención los símbolos, colores y tamaño de los tatuajes; al igual que la expresión de sentimientos en estos grabados que son aquellas ideas que sin hablar de ellas quedan impregnadas en la piel y a la interpretación del que lo observa.

J. Kiróbel Rodríguez, de Domini Canis DesacaTattoo, es diseñador y tatuador; diariamente tiene contacto con padres de familia, con edades entre 22 y 50 años, que le solicitan la elaboración de un grabado sobre su piel a través de los cuales anhelan verse representados.

Las preferencias de un hombre a la hora de dibujar su piel, mediante una inyección de tinta en la dermis o segunda capa de la piel, son los animales que representan fiereza; guerreros por su gallardía y triunfos; brújulas con mapas significando hacia dónde aspiran ir en la vida; los nombres de sus padres, su pareja o sus hijos; las alas que les dan la sensación de poder llegar lejos o los personajes favoritos de películas.

“Los hombres optan por tatuajes grandes y las zonas que prefieren son los brazos, el pecho, la pierna y la espalda. En sentido general, podemos tatuarle todo el cuerpo mientras pueda inyectarse la tinta aunque hay zonas no recomendables como en el globo ocular”, expresó J. Kiróbel.

Con motivos relacionados a los hijos, las madres se tatúan grabados pequeños o muy simplificados, lo que se conoce como chiquitattoos; mientras que los padres prefieren motivos grandes y realistas de sus hijos.

Rodríguez informa que cuando un padre le pide un diseño con nombre, frases o imágenes alegóricas a sus hijos o pareja, siente un gran compromiso en la elaboración, ya que tiene que traducir en una imagen la solicitud de su cliente y plasmarla con precisión sobre su cuerpo.

De los tatuajes que ha hecho a los padres, le llamó la atención una frase que dice: “No todos los tesoros son de oro y plata, los más preciados que yo tengo son de carne y hueso, mis hijos”. Este tatuaje se lo hizo en el costado a un padre que, mientras le hacían la impresión, explicaba que estaba desprendido de lo material y apegado a lo que realmente importa.

Antes de iniciar el proceso, el tatuador tiene una charla previa con su cliente, ya que en el intercambio de ideas toman la mejor decisión, pues a veces la persona no sabe cómo explicar su deseo; generalmente cuando acuden al estudio no van por “lo que sea”, cuando un hombre se tatúa quiere expresar temas sobre familia, fuerza, poderío y amor. En ese momento llegan las recomendaciones sobre qué zonas sería mejor para lucir el tatuaje y el estilo que iría mejor con la idea del cliente.

El artista rememoró un día en el que un padre llevó a su niña al estudio, él quería tatuarse el nombre y la mano de ella y le preguntaba dónde quería que se lo hiciera. Finalmente, la niña eligió que se lo hiciera en el brazo.

“Tatuarse ha dejado de ser el reflejo de rebeldía para convertirse en expresiones más emotivas, eso es lo que se siente en los estudios de tatuajes: muchas historias de amor, sentido del humor, respeto, libertad de expresión, solidaridad y compromiso”, indicó.

J. Kiróbel expresó que hay cuidados que deben seguirse antes, durante y después para la correcta regeneración de la piel luego del proceso, como: mantener la zona limpia lavándosela tres veces al día de manera suave con jabón neutro, humectarse la piel varias veces al día con cremas que favorezcan la cicatrización o la colocación de apósitos o parches especiales en el área tatuada que faciliten el proceso de curación.

Se debe evitar la exposición al sol, no nadar, no hacer ejercicios para evitar la sudoración excesiva y, con ello, la expulsión de la tinta de la piel; y usar ropa cómoda que no roce con la zona tatuada. Si se sigue este proceso durante al menos dos semanas, la piel se recuperará satisfactoriamente.

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