Diana Domínguez, Dalissa Acevedo, las hermanas Byas y Anthia Acosta, han desafiado los estereotipos de género y se han dedicado al apasionante mundo de la aeronáutica

Cuando abordamos un avión, ¿quién pensamos que lo pilota? ¿Hombre o mujer?; ¿Quién realiza el mantenimiento o reparación de la aeronave?; ¿Quién emite las instrucciones desde la torre de control?
Apenas el 18.5 % de los actores partícipes en el sector aeronáutico de República Dominicana es mujer. Esto significa que 1,235 féminas dominan los gigantes metálicos.

Probablemente pensemos que son hombres. Pero, si mencionamos la asistencia en los vuelos o en la limpieza de las aeronaves de seguro pensamos en un rostro femenino.

Y es que, como en todas las áreas, el mundo de la aeronáutica está permeado por los roles de género, esos que hemos construido como sociedad y que nos dicen a qué debe dedicarse una mujer y a qué un hombre.

En este escrito queremos reconocer a todas aquellas féminas que han desafiado los estereotipos de género y se han dedicado al apasionante mundo de la aeronáutica, porque ellas también pueden dominar los cielos.

Diana Domínguez, piloto de aviación

Alzar vuelo, llevar a su destino a más de cientos de personas a atravesar truenos, lluvias y mantener el avión seguro durante una turbulencia, son algunos avatares de la travesía que sortean cada día las 14 mujeres que se desempeñan como piloto comercial.

Otras son igual de intrépidas. Como las 21 mujeres que se dedican a ser pilotos privados y 4 como piloto de transporte de línea aérea. Sea cual fuere su licencia, estas mujeres están rompiendo fronteras aéreas.

Diana Domínguez es una de ellas. Desde pequeña quiso ser piloto. Todo comenzó como un juego: ir con un compañero de viajes a tomarles fotos a los aviones y resultó ser un flechazo para ella, tanto que al cumplir 15 años pidió a su madre como regalo hacer un Discovery Flight, y ahí confirmó que quería dedicarse a pilotar.

Hoy Diana tiene 24 años y lleva cinco como instructora de aviones en el Centro de Formación Aeronáutica Zoilo Hermógenes García (Zoherga). Cuenta con una licencia de piloto privado, otra en habilitación e instrumento y una licencia como piloto comercial. Los estudios no son fáciles, asegura, hay que tener mucha disciplina para realizarlos.

Le preguntamos a Diana cómo ha sido para ella hacerse espacio en un mundo todavía dominado por hombres. Nos respondió que ha tenido la suerte de que los hombres la apoyan. “Nunca me he sentido menos que ellos y ellos mismos me lo dicen, que yo soy su ejemplo”, expresó.

Sin embargo, confiesa que muchas chicas no continúan los cursos por desmotivación y por el alto costo, tanto que, al momento de concedernos la entrevista solo había una sola mujer estudiando en Zoherga. “Una persona no le va a confiar su avión a una muchachita de 18 años para que lo vuele… va a decidir dárselo al chico que se ve con más carácter. Ellos le dan la oportunidad al hombre”, explicó.

Este oficio, dominado por hombres, es costoso. Domínguez comentó que cada curso tiene una cantidad mínima de horas requeridas y que en el avión en el cual ella se entrenó, por ejemplo, la hora de vuelo cuesta 130 dólares más el pago al instructor que es de 35 y para ser piloto privado se requieren 35 horas de vuelo mínimo.

Dalissa Acevedo es técnica en mantenimiento de aeronaves.
Anthia Acosta es tripulante de cabina.

Dalissa Acevedo, técnica en mantenimiento de aeronaves

Dalissa Acevedo realizó su bachillerato en técnico de mantenimiento aeronáutico en el colegio Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y estudió dos años en la Escuela Técnica de Aviación de la Fuerza Aérea de República Dominicana (FARD).

Comenzó a estudiar el oficio cuando contaba con 17 años, hoy tiene 24 años de edad. Todos se sorprendieron de que una mujer joven se dedicase a ser técnica en mantenimiento de aeronaves.
“Cuando empecé el mundo de la aviación siempre me miraban raro. Estaba en un mundo de hombres, o sea, donde quiera que se trabaja mantenimiento son unos 20 varones y una sola mujer. Desde ahí, es un reto”, sostuvo.

Recordó que a principios de su carrera tenía que sacarle “la tuerca de Jesús” a un helicóptero que inspeccionaba. Esta pieza es complicada y pesada de extraer por el sinnúmero de procedimientos que se deben aplicar y por la fuerza que hay que ejercer. “En el hangar se preguntaban: ¿cómo esa muchachita puede hacer eso?”, recordó con una sonrisa en los labios Acevedo.

Ante la pregunta de por qué cree que todavía en estos tiempos predominan más los hombres que las mujeres como técnicos de mantenimiento de aeronaves, Acevedo opina que el miedo es clave. “Como mujer se enfrentan retos diarios en cualquier área de incursión… Es un reto mayor cuando es un área en la que predominan los hombres”, dijo, y este pensamiento queda afirmado en las estadísticas del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC). De las 565 personas registradas como técnico de mantenimiento de aeronaves, solo 11 son mujeres, frente a los 554 hombres.

Las hermanas Byas, controladoras de tránsito aéreo

¿Qué es ser controlador de tránsito aéreo? Es un servicio que se les provee a las aeronaves para mantener los vuelos seguros y ordenados, que procura mantenerlas separadas y evitar la colisión durante el ascenso o durante el aterrizaje.

Las hermanas Byas son dos de las 80 mujeres que el IDAC establece como controladoras de tránsito aéreo. Para Estefanía Byas, ser controladora es tener un manejo de la organización bien amplio, porque se deben tomar decisiones segundo por segundo para dar instrucciones precisas a las aeronaves.

Ella ejerce este oficio desde el 2008 y entró en este mundo por medio de un curso básico realizado por el IDAC, y en el que concursaron, aproximadamente, 1500 personas.

En dicho curso sólo fueron seleccionados 35 estudiantes, ella ganó una plaza, y otra su hermana Vanessa, que también participó. “La industria aeronáutica ha sido dirigida por muchas décadas por hombres y las grandes decisiones que todavía se toman son procedentes de los hombres, sin embargo, debo decir que la mujer tiene una gran acogida en la industria, por las leyes que se han suscitado últimamente de inclusión e igualdad”, reflexionó.

Si le ha sido difícil estar en este espacio tan masculinizado, preguntamos, respondió que sí, que siempre al inicio es difícil, pero si eres bueno se da, sin importar si eres hombre o mujer.

Aseguró que en su caso ella trata de que la idea de que es mujer no se le sobreponga a lo que ella sabe que puede dar. Involucrarse con el trabajo, aprender cosas nuevas y socializar son actividades que siempre hace para estar a la altura de su labor.

Sobre cómo compagina su vida laboral, personal y familiar, comentó que su esposo también es controlador y ambos gozan de un horario rotativo, y desde el día uno aceptaron que sus horarios son diferentes, por tanto, lo que fueran a hacer debían realizarlo en el tiempo libre o en algún cambio de turno con compañeros y compañeras. “Cuando ves una tripulación de vuelo, los pilotos y las azafatas con sus uniformes, todo el mundo dice ¡Wao!, y yo nada más me quedo mirando y digo: yo soy la otra parte del vuelo”, con una amplia sonrisa de satisfacción agregó Estefanía, lo gratificante que es cuando un piloto le da las gracias por sus servicios porque “le hizo el viaje más fácil”.

Vanessa Byas, por igual, es controladora de tránsito aéreo y coordinadora de la Academia Superior de Ciencias Aeronáuticas (ASCA). Ha ido en ascenso dentro del área.

Recordó que al inicio de su carrera, la participación de las mujeres era tímida y lo atribuye a las barreras que nos ponemos al considerar que el medio no es para nosotras, sin embargo, su experiencia ha sido que, estudiando, trabajando, esforzándose y teniendo objetivos claros se puede trazar un camino de crecimiento.

Sobre las habilidades que tienen desarrolladas las mujeres y que favorecen al oficio de ser controladoras de tránsito aéreo, Vanessa sostiene que somos muy de adentrarnos en el plan y en las posibilidades, porque tendemos a fijarnos mucho en las cosas pequeñas, y esto es una ventaja, porque la mujer ve más allá de las cosas que son evidentes.

Anthia Acosta, tripulante de cabina

Crecimos diciéndoles azafatas a aquellas mujeres que nos asistían cuando viajábamos. Con el tiempo devino en aeromozas o asistentes de vuelo, sin embargo, Anthia Acosta, que ejerce este oficio, nos indicó que la expresión ha ido evolucionando y con la intención de que sea un término más inclusivo, en la actualidad se les llama tripulante de cabina.

Acosta se formó como tripulante de cabina, al igual que como agente profesional de aerolíneas en ASCA y actualmente estudia administración aeronáutica.

Sueña con algún día ser piloto y comentó que en la línea aérea para la cual labora carece de una mujer piloto, sin embargo, registra 36 féminas como tripulantes de cabina y apenas nueve hombres.

No existe diferencia entre mujeres y hombres en los vuelos, asegura, aunque sí reconoce que hay pasajeros recurrentes que piden tal o cual tripulante porque ya les conoce y saben cómo brinda el servicio.

A sabiendas de que las mujeres tenemos unas singularidades propias de nuestra biología quisimos saber qué pasa cuando una tripulante de cabina queda embarazada o está lactando.

Acosta despejó la duda y respondió que se les da “baja de vuelo”, lo cual consiste en dar asistencia en tierra, como asistir a los pasajeros con informaciones, el check in y el embarque.

La formación como tripulante de cabina es constante, debido a que cada aeronave amerita una capacitación diferente por lo que esta dependerá de los aviones con que cuente la línea aérea. Las capacitaciones son recurrentes, se realizan cada año sin importar que ya se conozca el avión.

Panorama

En datos solicitados al IDAC verificamos que de 6,653 estudiantes que se están preparando en el sector aeronáutico, solo 1235 son del sexo femenino. Esta realidad no nos deja indiferentes y a nuestras entrevistadas tampoco, por lo que al preguntarles qué les dirían a las chicas que están estudiando para realizar diferentes actividades en el oficio, respondieron lo siguiente:

“Las limitaciones muchas veces las ponemos nosotras mismas. Nosotras somos capaces de hacer cualquier oficio”, afirmó Diana Domínguez.

Dalissa Acevedo, tras contar la satisfacción personal que fue llevar la inspección del helicóptero mencionada anteriormente, señaló que por ser mujer no hay limitaciones.

Estadísticas
Apenas el 18.5 % de los actores partícipes en el sector aeronáutico de República Dominicana es mujer. Esto significa que 1,235 féminas dominan los gigantes metálicos.

Desempeño
14 mujeres se desempeñan como piloto comercial; 21 mujeres como pilotos privados y 4 son pilotos de transporte de línea aérea.

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