La victimización es un acto que afecta en cuatro dimensiones: vida de pareja, laboral, económica y espiritual

Hay quienes siempre se están quejando de que su entorno es dañino, que la gente les hace daño y que los utiliza. ¿Cómo identificas a este tipo de personas? De acuerdo al coach ontológico y mentor de líderes, Heraldo Suero, cuando una persona siempre declara “me hicieron”, “me pasó” y tiene constantemente denuncias de que los demás les hacen daño, está bajo el victimismo.

“Esos hábitos de conversación y esa manera de ver la vida, es trágica, porque de una manera quita el poder y crea en el individuo la ilusión óptica o mental de que se está en la vida ‘gravitando’ y atento a todos los golpes y a todas las cosas que puedan ocurrir sin que sienta responsabilidad”, expresa Suero.

Asimismo, añade que “el victimismo está en aquellas personas que se alejan de la responsabilidad personal. Esa es la esencia. Con estas conversaciones y con los chismes de nosotros mismos y de los demás se sale huyendo a la cuota de responsabilidad personal”, concluye Suero.

¿Somos conscientes?

Para Suero casi nunca. “Nadie quiere hacerlo mal en esta vida. Somos usualmente inconscientes de este comportamiento y tenemos el poder de transformarlo. Es un comportamiento que aprendimos de chicos, con una dinámica de “te acuso, te corrijo, te peleo”. Como seres humanos tenemos opciones diferentes y todo empieza desde el lenguaje”, puntualiza el especialista.

¿Quién estoy siendo frente a esta actitud?

Según Suero, cuando a una persona, por ejemplo, lo desvinculan de su trabajo, acusa a su exjefe de malo, a la empresa de que no sirve y tacha de injusto al mundo. En vez de eso, Suero llama a las personas a preguntarse: “¿quién estoy siendo yo” y “¿qué me está faltando?”

“La pregunta de quién estoy siendo yo, es sobre ser, no de hacer. El primer verbo que se conjuga en transformación personal es ‘ser’; reconocer que fui descuidado, desatento, débil emocionalmente, me faltaron competencias y me falta reforzarlas cuando me suceden las cosas. Es devolverte a ti la responsabilidad personal y de analizarte de quién estás siendo tú y qué te está faltando”, manifiesta con ahínco.

¿De qué carecemos?

Lamentablemente carecemos de información y voluntad para transformar nuestro futuro, dice Suero. “En nuestro país y en Latinoamérica, no tenemos poder en el instante de elegir quiénes deseamos ser y qué deseamos hacer, para luego obtener”, explica el también autor del libro “Corona al líder, destronando a la víctima”, el cual trata a profundidad el tema.

¿Qué lleva al ser humano a caer en el victimismo?

Hay cuatro dimensiones en las cuales el ser humano lo llevan a caer en el victimismo. Entre ellas: la relación de pareja. “El ser humano no nació para estar solo. De alguna manera buscamos la afección, la aprobación y el pertenecer a alguien”.

La parte financiera. “Hay que reconocer que la pandemia ha dado duro y que la finanzas y la relación con el dinero, es todo un tema”, indica.

La tercera gran dimensión que nos está ocupando a todos es la parte laboral. “Luego de tener pareja, dinero, amor, viene una dimensión espiritual, que nadie puede ignorar. Usted puede y no creer en nada, pero hay una parte espiritual que también se debe de trabajar”, puntualiza el mentor de líderes.

¿Qué nos hace falta?

Para Suero, hace falta valorarnos en nuestro poder. “No me gusta hablar de autoestima, porque es un tema muy trillado. Te invitamos a garrar el poder desde las palabras. Los seres humanos somos creadores, protagonistas… ¿sabes lo que nos hace falta? No es autoestima, ni amor propio, es la ponderación, la asunción, y el coraje de usar el poder de las palabras, que de manera inconsciente se puede estar usando para destruir, en vez de usarlas para crear”, manifiesta Suero, agregandoque las palabras crean, transforman (…) y aunque muchas personas están dispuestas a transformar su vida, no están dispuestas a declarar, ni a tomar acciones.

¿Cómo dejamos de ser víctimas para convertirnos en líderes?
Primero debemos perdonar, agradecer y amar, esto se hace diciendo: “Gracias”, “perdóname” y “te amo”, sugiere el experto. Mientras que el segundo paso, es comenzar con el poder del lenguaje. “Decir y declarar el futuro que se desea ver, y dejar de declarar el futuro que no quiere. Tenga conciencia plena de cada palabra. Imagínese el futuro que desea ver, escríbalo (que da poder) y tome acción coherente con ese futuro, y finalmente, celebre los resultados”, aconseja.

Al hacerlo, asegura que las personas obtienen su corona como líderes y les llega con paz y ese sosiego que todos merecemos.

Obra
Heraldo Suero en su libro “Corona al líder destronando a la víctima” responde a un nuevo impulso en el potencial humano: La posibilidad de crear y sostener una vida en excelencia, sin importar en el punto de partida donde te encuentres.

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