Para un destino de turismo de salud seguro y competitivo es vital contar con un compromiso de Estado

Con la vista centrada en incentivar la economía, pocos imaginaron que el sector salud podría formar parte del turismo, esa piedra angular, para atraer turistas al país que contribuya a ese objetivo.

Algunos desconocen que en el 2018 se generó, por concepto de turismo de salud, ingresos promedio superiores a los doscientos millones de dólares. Esta cifra no incluye los ingresos percibidos por medicina turística ni por turismo de bienestar, según el Estudio y Diagnóstico del Turismo de Salud.

“El turismo de salud es una actividad planificada donde una persona viaja fuera de su región o país de residencia en busca de atención médica, estética, odontológica y/o quirúrgica, generalmente para ahorrar costos y evitar largas listas de espera, con la intención de recibir servicios de salud con calidad, privacidad y de inmediato”, explica el doctor Alejandro Cambiaso, presidente de la Asociación Dominicana de Turismo de Salud (ADTS).

Asegura que es un mercado que a nivel mundial se estima en 100 mil millones de dólares y representa el 2.5 % de los viajes por avión. La mayoría de estos pacientes viajan acompañados, sin estacionalidad y con estancias largas, según datos de la Medical Tourism Association.

“El turismo de salud en nuestro país ha tenido un gran impacto, considerando que es una actividad que recientemente se ha formalizado y ha permitido fortalecer la medicina dominicana mediante el cumplimiento de normativas locales, certificaciones y acreditaciones internacionales, para promover la competencia por la calidad, innovación y resultados; motivar la construcción de nuevos centros ambulatorios y hospitales de tercer nivel con alta tecnología y hoteles wellness; favorecer la captación de divisas e inversión extranjera; así como, apoyar la transferencia de tecnologías y conocimientos, que permiten la generación de nuevos empleos y encadenamientos productivos”, subraya el galeno.

El turismo de salud es una actividad milenaria en el mundo, que el país practica desde hace décadas y que “con el apoyo de la Asociación Dominicana de Turismo de Salud (ADTS), en los últimos ocho años, se ha estructurado mediante una estrategia nacional de desarrollo del sector, propuestas de marco regulatorio, sello de calidad y estrategias de promoción, que incluye la Guía de Turismo de Salud y Bienestar de República Dominicana”, asevera el doctor Cambiaso.

Se han promovido -abunda- alianzas público-privadas, realización de convenios, estudios, capacitaciones, certificaciones, foros, congresos e iniciativas nacionales e internacionales para formalizar y fortalecer el posicionamiento del turismo médico dominicano, para lo cual cuentan con el aval de la Medical Tourism Association (MTA).

Destaca el hecho de que en tiempos de pandemia la Asociación ha sido una aliada clave del sector turístico, ya que sus miembros son los principales centros de salud ubicados en polos turísticos, que han sido determinantes en el manejo del COVID-19 y como aliados del plan de asistencia turismo seguro.

“Para establecer un destino de turismo de salud seguro y competitivo es vital contar con un compromiso de estado y trabajar en aspectos claves como alianzas público-privadas, marco regulatorio, estrategia de desarrollo, inversión en capacitación, promoción, infraestructura hospitalaria y tecnología de punta, de la mano de los sectores educación, investigación, salud y turismo”, resalta.

Considera que este esquema de colaboración debe tener la visión de desarrollar un modelo basado en las necesidades del mercado, estadísticas confiables, garantías de calidad, centros de excelencia, formación y captación de personal técnico y profesional internacional, que motive un entorno capaz, emprendedor e innovador.

Resalta el papel preponderante que juegan las entidades de regulación de los servicios de salud para establecer un marco regulatorio y de incentivos que propicien las mejores prácticas, calidad y seguridad de la oferta, velando por el fiel cumplimiento de la habilitación de los centros de salud por el Ministerio de Salud Pública, recertificación de los especialistas, combatiendo el intrusismo y motivando a cumplir estándares locales e internacionales que fortalezcan la internacionalización de la medicina dominicana.

A su entender, las entidades de promoción que regulan las actividades turísticas, como el Ministerio de Turismo, deben trabajar en estrecha sinergia propiciando la diversificación de la cartera turística y la seguridad del destino, estableciendo incentivos y campañas de promoción de un producto de salud de alta calidad por medio de las Oficinas de Promoción Turísticas (OPT) y en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Resalta que “el turismo de salud para el 2018, en República Dominicana, creció un 15 %; la medicina turística (modalidad que corresponde a turistas convencionales que se les presenta la necesidad no planificada de recibir servicios de salud de urgencia o emergencias) creció en un 7 %, lo que corresponde a una proporción muy similar a la de la industria turística dominicana en sentido general”.

En tal sentido, infiere que se recibieron aproximadamente 47,725 pacientes internacionales por turismo de salud (viajaron a República Dominicana para recibir servicios médicos u odontológicos) y 69,550 turistas que fueron asistidos por concepto de medicina turística; para un total estimado de 117,275 pacientes internacionales, conforme datos que maneja el galeno.

“El turismo de salud, en adición motiva a que se desarrolle el turismo de bienestar y el de retiro, dos nichos de mercado que tendrán un gran impacto a mediano plazo en el país”, asegura Cambiaso.

Dice que entre los principales servicios que buscan los viajeros de salud que nos visitan se encuentran los odontológicos, implantes dentales, cirugías plásticas, cirugía cardiovascular, ortopedia, oftalmología, urología, tratamientos para el cáncer, infertilidad, trasplantes de pelo, cirugía de pérdida de peso y chequeos médicos generales.

Para poder ser competitivos en turismo de salud, se requiere de preparación y capacitación. Asimismo, de estudios de mercado, una planificación estratégica para definir los servicios que se ofertarán, factores diferenciadores, competidores, promoción, alianzas y estar dispuestos a desarrollar una cultura organizacional de excelencia y calidad.

Así también, establecer acuerdos con facilitadores médicos, tour operadores especializados, seguros internacionales y de viajeros, así como conformar paquetes atractivos que incluyan presupuesto, itinerario, seguros de complicaciones médicas, servicios de apoyo como telemedicina, recogida al aeropuerto, alojamiento, evaluaciones preoperatorias, entre otros.

La pandemia del COVID-19 ha impactado drásticamente la industria turística y, por ende, al turismo de salud.

Esta nueva realidad ha impulsado acciones que han catapultado el turismo de salud, específicamente en pacientes de la diáspora para tratamientos de cirugía plástica y odontología. “Estamos diseñando estrategias para recobrar este atractivo mercado, dentro de las que cabe citar el 5to. Congreso Internacional de Turismo de Salud y Bienestar, el próximo mes en Santo Domingo, donde se lanzará la tercera edición de la Guía de Turismo de Salud y Bienestar”, señala.

Igualmente, añade que es importante la inclusión del turismo de salud en la estrategia nacional exportadora y como parte de nuestra marca país, en promociones internacionales de la mano de ProDominicana y el Ministerio de Turismo.

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