Luis Abinader cometió el grave error de descuidar los principales problemas que afectan a la población, y dedicó muchos recursos a crear una percepción espumante, con jugosos contratos de publicidad con empresas dedicadas al negocio de la comunicación tradicional e influencers digitales. Olvidó que esos problemas tienen origen económico y padecerlos afectan la vida diaria de la población.
¿Cómo esconderle a un pueblo la inflación de los alimentos, si por ser inalcanzables su carencia hace crujir los estómagos? Si el cerdo, los pollos y los componentes sólidos y líquidos de una cena navideña no pueden ser comprados, porque no alcanza el dinero o no aparecen porque los productores fueron llevados a la quiebra, ¿cómo reacciona esa población?
¿Cómo explica el presidente Abinader que su gobierno no ha podido con la inseguridad. ciudadana si él la asumió personalmente desde enero del 2021, y aún tres años después, cumplidos en enero de este 2024, no se conoce un plan a ser aplicado. Mucho menos presentar resultados, excepto hacer presencia todos los lunes en el Palacio de la Policía. Solo se sabe que ha proclamado públicamente aplicar el código 29, como si en el país existiera la pena de muerte, acompañado con intolerancia policial a la población.
A la inseguridad ciudadana por ser multicausal, deben sumársele factores, muchas veces no considerados como las deficiencias en los servicios públicos, la falta alimentaria, el descuido a las atenciones de la salud, la desatendida educación y el desempleo, entre otros, provocando malestar y violencia en una población estresada que se siente abandonada por las instituciones del Estado responsables de dar respuestas.
El presidente Abinader y su PRM ignoran atender los problemas y se han dedicado a crear con engaños y publicidad una percepción espumante que con un estornudo del pueblo desaparece. Para llegar ahí se ha gastado y tomado mucho dinero del Estado, siendo irresponsablemente derrochado. Pero no han logrado doblegar a este pueblo, el cual a su manera y estilo muestra su desagrado recogiéndose.
Estas navidades no se celebraron, tampoco el año nuevo y mucho menos el día de Reyes. El pueblo se recogió, cuando eso sucede esperemos un tsunami, en oleadas humanas, y no ocurrirá como poblada, debido a que para lo que se prepara el pueblo es para un “tsunami electoral” con una masiva votación de rechazo a Abinader y al PRM. Quien no observa las reacciones del pueblo, no apreciará que los candidatos de los partidos aliados desde la oposición tienen simpatías, pero lo que va a suceder con el tsunami electoral es un vuelco en oleadas a su favor para demostrar el rechazo al Gobierno, su presidente Abinader y su PRM por sus incapacidades y torpezas en el manejo del Estado.
Se sabe que en este gobierno hay muchos “bellacos”. (“malos, pícaros, ruines”-RAE-) ellos deben saber que la democracia dominicana ha superado las “bellaquerías”. Lo sucedido en el Colegio de Abogados y las malas artes desde el Tribunal Electoral, han advertido sobre sus conductas. No habrá sorpresas. Son dos eventos electorales, el primero en febrero y hablará de sus características. Penosamente para el PRM, sus candidatos, aún entre ellos unos buenos, correrán la suerte de ser barridos por el tsunami electoral en ambos eventos. Tsunami electoral provocado por el torpe manejo de Estado.