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La cúpula del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) arrecia su accionar en torno a los trabajos electorales con miras a garantizar la reelección del presidente Luis Abinader.

Tras 14 días de la celebración de las primarias perremeístas, ganadas fácilmente por Abinader, la gran tarea es triplicar los esfuerzos electorales. Su objetivo ahora es evitar que se derrumbe el proyecto reeleccionista.

El pasado domingo, justamente a una semana de las primarias, Guido Gómez Mazara, rebelde dirigente del PRM y quien aspiraba a que lo eligieran como candidato presidencial de esa organización, había declarado -y así como que “bajaba la guardia”- que no sería ningún obstáculo en el camino de la candidatura del presidente Abinader.

Significa que Guido -quien tuvo un desayuno con Eduardo Sanz Lovatón, que es uno de los fieles colaboradores del mandatario y, lógicamente, impulsor de la reelección- se unirá a la campaña electoral del PRM.

De manera que se entiende que dejará atrás su duro discurso contra los llamados “popis”, beneficiarios del “gobierno del cambio”.

Un detalle muy importante -referente a la victoria de Abinader en la consulta perremeísta y que se publicó en los medios, aunque sin mucho ruido- es el siguiente: “A ningún dirigente del PRM se le ha escuchado explicar en forma convincente de dónde provinieron los 41,961 votos en blanco que se depositaron en sus primarias. Es un voto cualitativo, porque quienes lo depositaron lo hicieron con mucha conciencia, aunque no hay certeza del mensaje que quisieron enviar ni dirigido a quién, pero se puede aventurar la conclusión de que expresan algún disgusto y no solo que no se sentían representados porque lo más cómodo era quedarse sentados en sus casas. Si es un núcleo organizado de más de 40 mil almas, es digno de ser tomado en cuenta por la dirección, que tiene también la tarea de indagar por qué votaron tan pocos miembros en centros superpoblados como Santiago y Santo Domingo Este y Oeste”.

Lo que está bien claro es que el proyecto reeleccionista, sin importar los grandes recursos (millonarios) que se invierten para materializar su triunfo, podría tropezar con serios obstáculos.

El principal escollo que podría encontrar la reelección, en su tortuoso camino electoral, sería la unidad definitiva de la oposición.

Es decir, que la Alianza Rescate-RD conformada por los partidos PLD, Fuerza del Pueblo y PRD, se compacte y enfrente con firmeza política el poder del gobierno. Si así ocurre, entonces se puede afirmar que la reelección de Abinader se tambalea.

Pero, esperemos que hable el inexorable tiempo.

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