Al cumplir los primeros 12 meses de la presidencia de Luis Abinader, quienes participan en la actividad turística pueden decir, sin exagerar, que el mandatario ha cumplido con el sector, a pesar de las negativas consecuencias y las grandes limitaciones impuestas al gobierno por la pandemia y el impacto de la crisis mundial.
Desde los años 90 los líderes del turismo, la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores) y periodistas, entre los que me encuentro, habían sugerido insistentemente cada año la necesidad de crear una instancia de coordinación de las políticas y acciones de las instituciones públicas que inciden en esta actividad.

Dos componentes importantes de esta decisión reclamada durante casi tres décadas, era que en esa instancia participaran instituciones representativas del sector privado turístico y que fuera dirigida por el presidente de la República, para asegurar que la coordinación de las políticas y programas fuera efectiva, y se tomaran en cuenta las sugerencias de las empresas que invierten y manejan el día a día del turismo local y mundial, y por lo tanto los que mejor conocen el tema.

Esta propuesta surgió como respuesta a los continuos y a veces graves problemas que obstaculizaban las inversiones y el desarrollo de la industria, que muchas veces se originaban en las frecuentes y absurdas contradicciones que surgían entre ministros y directores generales, casi siempre causadas por la ignorancia, las pugnas de poder y hasta las confrontaciones personales.

El presidente aún no había calentado bien su sillón en el Palacio Nacional cuando anunció (el 25 de agosto) su estrategia para la recuperación del turismo basada en los siguientes ejes: 1.Gobernanza (creación del Gabinete de Turismo); 2.Gestión de riesgo (protocolos sanitarios para negocios locales y turistas que ingresan al país); 3.Apoyo económico (Medidas económicas en apoyo a la sostenibilidad y despegue del sector), y 4.Promoción (promoción del país como destino seguro). El principal ingrediente y la novedad de esta estrategia es el gabinete, porque es la decisión de largo plazo, ya que gestión de riesgo, promoción y apoyo económico siempren ha estado presentes aunque reconozco que nunca con la intensidad de hoy.

La creación del Gabinete de Turismo, que representa una nueva forma de integrar al sector público y privado (quinto pilar del programa de Gobierno del PRM) y dirigido por el presidente de la República, es la primera gran decisión de Abinader para este sector y una señal de la importancia que el mandatario le asigna, y cito de nuevo sus palabras porque definen su visión, cuando dijo que el gobierno “reconoce que el turismo es uno de los sectores estratégicos en la República Dominicana, en cuanto a su potencial de atracción de inversión extranjera, su capacidad de generación de empleos, divisas y valor agregado”.

Ese día también anunció una asignación de RD$420 millones para promoción y acuerdos con aerolíneas para asegurar rutas, apoyo económico, flexibilización fiscal, medidas monetarias, un fondo de garantías, apoyo crediticio para la pequeña y mediana empresa, y la creación de un seguro de salud a cargo del Estado para turistas que puedan verse afectados por el covid-19.

La estrategia de Abinader para el turismo ha funcionado. La Organización Mundial del Turismo ha reconocido el país como un ejemplo de cómo manejar este sector en medio de la crisis. Las medidas adoptadas desde el Gabinete de Turismo han sido efectivas, los números comienzan a subir y comienza a sentirse la presencia del sector en la economía. Este es tema de otro artículo.

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