Abril y la democracia

La gesta heroica de abril del 65 estará siempre presente en el corazón de los dominicanos.. La lucha de hombres y mujeres por la vuelta a la constitucionalidad ….

La gesta heroica de abril del 65 estará siempre presente en el corazón de los dominicanos. La lucha de hombres y mujeres por la vuelta a la constitucionalidad y la restauración del gobierno del Bosch, es uno de los capítulos más memorables en la historia política dominicana, en el camino por construir la democracia. El golpe de Estado contra Juan Bosch en 1963, frustró los anhelos de constituir un sistema democrático en el que se reconocieran los derechos fundamentales de los dominicanos. Por tal razón, la revolución de abril fue una demostración de que el pueblo no estaba dispuesto a volver a los tiempos oscuros de la Era.

En aquella ocasión la invasión norteamericana frustró las expectativas de un gobierno democrático. Sin embargo, la lucha por el cambio no cesó. Las elecciones de 1978 permitieron ponerle fin a los 12 años de Balaguer. Se inauguró una etapa de transición democrática que terminó con un periodo de gran inestabilidad política (1961-1966) y con la violencia balaguerista desde el poder (1966-1978). Durante ese período, miles de jóvenes perdieron la vida por la democracia. Se luchó por erradicar las prácticas de la era de Trujillista, en que no se permitía disentir, no era posible la libertad de expresión ni de asociación, los ciudadanos no podían votar en libertad y no se permitía la existencia de partidos de oposición. Características propias de una verdadera dictadura.

A 40 años de democracia, la sociedad dominicana puede exhibir importantes avances. Sin embargo, la actual sigue siendo una democracia imperfecta. Tiene serias limitaciones y una profunda herencia autoritaria. Persiste un Estado caudillista y clientelar que es incapaz de garantizar los derechos sociales y económicos de la gente. Después de varios gobiernos de partidos democráticos-liberales, no se han logrado fortalecer las instituciones de la democracia. Nos encontramos ante una democracia deficitaria, pero democracia al fin.

La antorcha de la lucha democrática ha sido pasada a las nuevas generaciones. Por tal razón, es un error hacer creer que no se ha avanzado nada en la sociedad dominicana, que prevalece un régimen autoritario o que hay amenazas serias de retroceso que nos ubiquen en eras superadas. Más allá del discurso electorero, existe el compromiso de hacer un diagnóstico responsable de la situación de la democracia actual. De esta forma evitamos dos graves consecuencias: confundir a los más jóvenes banalizando el concepto de dictadura, y ampliar la frustración y el desencanto de los ciudadanos con la democracia dominicana. El gran desafío que nos plantea este abril, es el de promover auténticos valores democráticos, afianzar la institucionalidad y constituir una sociedad con mayores niveles de equidad.

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