En esta sección -Gerencia y Estado- se ha estado analizando desde hace varias semanas la situación en América Latina de la triada democracia, transparencia y eficiencia en lo histórico, lo lógico y lo concreto. En el entendido de que es posible avanzar más y mejor en esta que es la región más desigual del mundo.

Para la República Dominicana en cuanto a la democracia son más que conocidas las terribles experiencias con la que fue una de las dictaduras más oprobiosas del mundo, la del sátrapa Rafael Trujillo. Y a partir de su ajusticiamiento no han sido pocos los obstáculos que se han presentado, incluso con muy breves momentos en los últimos 27 años de real independencia hasta de los órganos electorales, en la actualidad aún con muchas debilidades. Reconociendo que por muy variadas circunstancias en ese tiempo se ha estado exento al menos de grandes crisis electorales.

En cuanto a la transparencia en la gestión de los recursos públicos, la República Dominicana presenta un notorio retraso en la región, aunque con importantes iniciativas en los últimos dos años que parecen indicar el camino de su más significativo avance.

Respecto a la eficiencia en general y particularmente referida a la solución de los grandes problemas sociales, la verdad es que la sola mirada a la educación y a la salud, la primera con recursos apropiados desde el 2013 (4% PIB) y aun entre los peores resultados de América Latina; mientras con la salud con un brillante ejemplo referencia en el mundo en la lucha contra el COVID-19, pero todavía con grandes rezagos estructurales del sistema de salud que lo hacen altamente ineficiente, desigual y costoso.

En varios artículos de esta misma columna, en sus más de 10 años, se pueden encontrar otros grandes rezagos en muy importantes temas-problemas relacionados a la eficiencia del Estado.

Siendo así, el que la República Dominicana ocupe en cuanto al Índice de Desarrollo Humano-IDH- el lugar 6 entre 20 países de la región, dice mucho de su potencialidad. Además de una economía por décadas de las de mayor crecimiento en la región.

Aun así, si no se presta la debida atención a grandes debilidades en factores críticos de la triada democracia, transparencia y eficiencia; no solo se puede retrasar el tan esperado gran salto en cuando a la mejoría sustancial de las condiciones de existencia que merecen las grandes mayorías nacionales; sino que puede ser el inicio de un gran retroceso. Generando así grandes tensiones sociales, políticas y económicas; las que procede evitar, a partir de la máxima de Sun Tzu: “Dirigir es prever, dirigir es anticipar”.

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