La mayor parte de los organismos tiene una relación simple y directa con los alimentos: comer para vivir. No es el caso humano, comemos por cualquier motivo imaginable: recompensación, castigo o consuelo, hedonismo, celebrar y conmemorar, etc. Los tres últimos oficializan la gula navideña, ya próxima. Por la ahora localmente adoptada cena de “Acción de Gracias”, las de Navidad y Año Nuevo, más auge de fiestas particulares, estaremos expuestos a comida abundante e incitación a ingerirla como en ningún otro tiempo del año. La costumbre promueve el consumo excesivo de platos y bebidas tradicionales como cosa de felicidad; pero sin moderación no la habrá, objetivamente. La sobrenutrición enferma; nuestro cuerpo no tiene defensas naturales contra ella.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas