Desde todos los frentes y puntos cardinales se escuchan elogios de voces autorizadas y los resultados se encargan de sustentar los reconocimientos que se han ganado Luis Abinader y el Gabinete Turístico que preside y coordina el ministro de Turismo David Collado.

En una evaluación de los primeros dos años, de un presidente electo -como él mismo dice- para gestionar una grave crisis interna e internacional, seguro que en una lista de sus logros, libre de las pasiones y mezquindades políticas usuales, la recuperación del sector turismo si no es el primero, aparecerá entre los principales.

Conociendo la experiencia de Luis Abinader en el sector turismo, no me sorprendió su versión del “Gabinete de Turismo” para sentar en la mesa a todas las instancias públicas y privadas con incidencia en esta actividad. Tampoco que decidiera asumir su dirección. La creación del gabinete fue un insistente reclamo de la Asociación de Hoteles y Turismo de la RD los años noventa. Esa decisión es uno de los pilares del éxito. Está presente en cada logro. El primer aplauso fue por la calidad de la colaboración público-privada. Pronto lo reconoció el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), principal organización del sector privado turístico. Después lo hizo el Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que reúne a los Gobiernos. El reconocimiento a los logros del turismo ha llegado de todas partes y es conocido. Pero vale calzar estas banderas con algunas cifras. OMT informó esta semana que a escala mundial en los meses enero-mayo la recuperación del turismo es 46% (250 millones de llegadas). Se estima que en comparación con el 2019, el 2022 terminará entre 55% y el 70% de recuperación. Las Américas lograrán entre 63% y 76%. Resulta que aún excluyendo los dominicanos no residentes, en el período enero-mayo del año en curso, la recuperación del turismo ha sido de un 92%. El enero-mayo del 2019 llegaron 2.6 millones de turistas y en el 2022 recibimos 2.3 millones. En mi Higüey campesino dirían que en medio de una crisis mundial “quien pida más es un gandido”.

Luis Abinader y su equipo se han ganado los aplausos. También ASONAHORES como social principal. Los problemas están en el escenario, pero el éxito alcanzado debe aprovecharse para avanzar en otros planos y dedicar tiempo y recursos a una planificación más detallada y de largo plazo del sector, y encontrar vías para superar el ‘mono-producto’ (sol y playa).

Las lecciones del pasado y las respuestas a la crisis sugieren aprovechar este intenso momento de confianza y colaboración –el más notable de la historia reciente del turismo- para avanzar. Debemos aprender de estos meses y trabajar en la institucionalización y consolidación de la estructura de colaboración, y que el hacer de los próximos años no vuelva a depender nunca más de la buena voluntad de las partes, que siempre pueden estar influidas por vaivenes políticos y los estilos y apetitos de los actores. ¡Es el momento!

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