En la madrugada del jueves, hora dominicana, estalló la bomba. Rusia atacó a Ucrania. Su potente ejército penetró a su territorio por todos los puntos cardinales.
El Gobierno dominicano pidió en dos oportunidades una solución diplomática por el grave daño que causaría un conflicto armado en Europa. La última vez el miércoles en Naciones Unidas. Ayer jueves la reacción internacional fue inmediata. El recuento hecho a media mañana de ayer refleja el rechazo y la preocupación.

Turquía tildó la invasión como una “inaceptable violación del derecho internacional”. La Comisión Europea, condenó el “ataque bárbaro” y anunció nuevas sanciones. El presidente francés, Emmanuel Macron, condenó firmemente la guerra a Ucrania.

El canciller alemán, Olaf Scholz, lo calificó como “ruptura flagrante del derecho internacional” no justificado “bajo ningún concepto”. El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que “Occidente no se quedará a la espera” mientras Rusia ataca. El primer ministro italiano, Mario Draghi, lo tachó de “injustificado e injustificable”.

Austria lo condenó como “una violación flagrante” de la integridad territorial y soberanía. El presidente español, Pedro Sánchez, condenó la agresión y expresó solidaridad “con el Gobierno y el pueblo ucraniano”. El presidente polaco, Andrzej Duda, lo condenó y pidió una “respuesta conjunta” de la OTAN.

El ministro neerlandés de Exteriores, Wopke Hoekstra, advirtió que Moscú “pagará un alto precio” por el “acto de guerra”. La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, cuestionó la agresión y dijo que repite “el mismo guion que llevó a la ocupación del 20 % del territorio” georgiano, cuando Moscú reconoció en 2008 la independencia de las secesionistas Abjasia y Osetia del Sur”.

El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, pidió que la comunidad internacional tome represalias. El Gobierno de Hungría mostró apoyo a la soberanía de Ucrania. El presidente búlgaro, Rumen Revev calificó lo “inaceptable”. Los gobiernos de Letonia, Lituania y Estonia apelaron al artículo 4 de la OTAN, que prevé consultas inmediatas entre los aliados.

El primer ministro de Croacia, Andrej Plenkovic, condenó la invasión. El presidente finlandés, Sauli Niinistö, expresó su “absoluta solidaridad” con Ucrania. El primer ministro australiano, Scott Morrison, condenó la “brutal invasión”. El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció que responderá con “medidas coordinadas” con la comunidad internacional. El presidente surcoreano, Moon Jae-in reclamó que se garantice la soberanía e integridad territorial de Ucrania.

El ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian dijo que es imperativo un alto el fuego. Israel consideró el ataque como “una grave violación del orden internacional”. Nueva Zelanda lo consideró “injustificado”. El emir de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, pidió apelar a métodos diplomáticos. Argentina reclamó respeto a los principios de Carta de las Naciones Unidas.

El recuento recoge las primeras reacciones. Pero creo que el presidente ruso esta obsesionado con Ucrania y con la idea de convertirse en el gobernante que logró que Rusia fuera temida y respetada por su capacidad bélica, y no apreciada por su desarrollo económico y aportes a la comunidad internacional.

El Ministerio de Relaciones Exteriores hizo bien en convertir al país en la voz que reclamó por los países a los que una extendida confrontación militar, o las secuelas de la crisis dañarán su economía. Ayer las bolsas en Europa se desplomaron. Lo siguiente que perderemos es el jugoso flujo de inversiones europeas y por lo menos el 30% del turismo que nos llega de Europa. Ante eso no podíamos quedarnos callados.

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