Andorra es un Estado de pequeñas dimensiones enclavado en el corazón del Pirineo, de alrededor de 77.142 habitantes y 468 KM2, cuya historia y desarrollo institucional han estado siempre estrechamente vinculados a la historia de las regiones y países vecinos.
El tamaño de los Estados ha interpelado a la comunidad internacional en el sentido de si es posible considerar como iguales a entidades que pueden ser tan diferentes. Formalmente, la idea de soberanía tiene su corolario en el principio de igualdad entre los Estados como sujetos de derecho internacional.

Y la aceptación de ese principio permitió superar este debate. Efectivamente, la incorporación de los cuatros estados europeos (Liechtenstein, Mónaco, San Marino y Andorra) como miembros de pleno derecho en las Naciones Unidas, casi siete décadas después del rechazo inicial por parte de la antigua Sociedad de las Naciones Unidas.

Andorra mantiene relaciones diplomáticas con 143 de los 193 Estados miembros de Naciones Unidas, para un pequeño Estado es un numero considerablemente alto, en muchos casos se establecen relaciones diplomáticas, pero no existen embajadas, solo 97 países tienen embajadas acreditadas. Solo hay dos países (Francia y España) con una embajada ubicada en Andorra. El resto de países sitúan su embajada en la capital francesa o española. Ese pequeño Estado celebró el miércoles la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, con el lema “Innovación para el desarrollo sostenible. Objetivo 2030.
Iberoamérica Frente al reto del coronavirus”. Y con especial énfasis en lo sanitario, sociales, económicos y medio ambientales. Ha sido la Cumbre más corta de la historia y la primera semipresencial.

Se adoptó la Declaración de Andorra, y más de 16 comunicados especiales, aprobados por consenso. Los líderes mundiales manifestaron su pesar por las víctimas que la pandemia se ha llevado en la comunidad Iberoamericana en especial en las personas mayores, también reconoció la extraordinaria labor, y los encomiables esfuerzos que realizan el personal de salud para afrontar la crisis, afirmaron que los efectos devastadores de la pandemia requiere una repuesta global, coordinada, solidaria y mancomunada que enfrente el gran reto, se destacó que el coronavirus ha puesto de manifiesto el potencial del desarrollo científico y tecnológico entre otros.

Se aprobó que la República Dominicana fuera anfitriona de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estados y de Gobierno en el 2022 y hacerse cargo de la Secretaria Pro Tempore de la conferencia Iberoamericana en el bienio 2021 -2022.

Para terminar al asumir dicha responsabilidades nuestro presidente Luis Abinader expresó que se trabajará arduamente para el establecimiento de un fondo de recuperación y reestructuración, que facilite no solo la recuperación pospandemia, sino el tránsito hacia un nuevo orden económico justo, verde y sobre todo sostenible, y advirtió que para alcanzar plenamente la Agenda 2030, solo es posible, si se pueden cerrar las brechas del financiamiento con el menor costo posible para los países en desarrollo.

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