El viejo adagio de la Guardia que dice que la disciplina entra por los pies mantiene cada día vigencia, aun y los avances logrados en la cultura democrática dominicana. Hay sectores o conglomerados que, como los motoristas, especialmente los que llevan envíos de comidas, entienden que no tienen obligación de respetar los semáforos, de parar en la luz roja. Cruzan olímpicamente sin importar cuál de las luces esté encendida, rebasan por la derecha en una curva o en una intersección como que nada pasa. Y lo hacen aunque en el lugar haya un agente encargado de aplicar la ley. Son como chivos sin ley frente a una autoridad que ni caso les hace o simplemente mira para otro lado.

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