El Senado aprobó en primera lectura el Código Penal, sin las tres causales, lo que solo se puede leer como una incumplida promesa de campaña del presidente y de su partido. Mientras los legisladores se apresuran a presentar una pieza que lleva largos años en espera de ser “dada a luz”, un sector compuesto por organizaciones de mujeres que esperaban ver aprobadas esas causales para interrumpir el embarazo en casos determinados, se queda nuevamente “con el moño hecho”. Parecería que algunos poderes, como los sectores eclesiales y las congregaciones evangélicas, todavía son capaces de provocar uno que otro “sustito” a los partidos y a una parte importante de la dirigencia, sobre todo a la que aspira a renovar sus cargos después de los próximos comicios.

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