Nuestra historia está repleta de episodios nada agradables para los que gobiernan cuando las iglesias, muy en especial la católica, abrazan una causa, como sucede ahora por el auge de la delincuencia y la criminalidad. Un conteo al azar de los curas que se han pronunciado en los últimos días, alcanza para pensar que se bajó una línea. Por la contundencia de algunas proclamas, se podría colegir que además de condenar los hechos delictivos se desea enviar el mensaje de que la Iglesia católica está ahí, compacta, defendiendo y ensanchando su espacio, por esta causa y, quizá, por otras que están en agenda.

Posted in Dan de qué hablar

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas