Las imágenes de la reunión del pasado lunes del comité político del PLD difícilmente puedan ser bien digeridas por sus contrarios. El encuentro fue precedido por un aparente desconcierto de los morados. La convocatoria se hizo sin agenda previamente concertada. Después del escándalo Odebrecht en el cual al menos cuatro de sus miembros fueron involucrados, los impactos de las manifestaciones de Marcha Verde, y un prolongado silencio partidario suponían que la dispersión predominaba. No faltaron quienes se frotaban las manos. Bajo ese influjo hasta surgió un frente de diputados variopinto apoyando la continuidad de Lucía Medina, que implicaba el fin del pacto de gobernabilidad alternada en el Congreso. Esos peledeístas son duros de matar.

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