Las filas reaparecieron en los supermercados y otros centros comerciales de Santo Domingo, ante la gran concurrencia de personas, lo que ha obligado a los manejadores de esos negocios a establecer reglas mínimas de bioseguridad, ya liberalizadas en la medida en que la gente se acostumbra a vivir con la COVID-19. Pero el incremento de la demanda de productos obliga a restablecer algunos controles mínimos. Además del período, la concurrencia masiva puede estar relacionada con las tarjetas entregadas por el gobierno que vinieron a sustituir las cajas que regalaban los pasados gobiernos. Con tanta gente, los negocios deben volver más rigurosamente a las normas de distanciamiento e higiene propios de los primeros días de la pandemia.

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