La sentencia del Tribunal Superior Electoral (TSE) que derrumbó la directiva de Quique Antún en el PRSC y la otra que hizo lo mismo con la dirección del PRD, si bien abre nuevas oportunidades en esos partidos para reestructuraciones y recomposiciones, los lleva a escenarios que se asumían como superados. El PRD empieza a animarse, y Miguel Vargas Maldonado dejó la comodidad en que iba, con el epicentro en la Cancillería, y el pasado fin de semana viajó a La Romana, con lo que abre un período de contactos a nivel nacional. Y Quique no sale de su asombro. Reconocer a sus expulsados con los derechos restaurados. Es renovar el conflicto. Oportunidades y retos que nadie querría enfrentar.

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