Poco a poco gana cuerpo la política de prohibir a los funcionarios subalternos que hablen de asuntos propios de sus dependencias, lo que se inauguró en el Gabinete de Salud el día en que autoridades sanitarias revelaron datos sobre la marcha de la pandemia que no resultaron del agrado de las alturas y se les conminó a que no hablaran sin un permiso porque dizque la vocería estaría centralizada. Ese tema, pese a lo delicado en cuanto a la libertad de información y de expresión se quedó de ese tamaño, pero ahora resurge con la fiscal del Distrito Nacional, a la que pretenden sancionar porque no solicita permiso para acudir a medios de comunicación a tratar cuestiones atinentes a sus funciones.

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