Fueron muchas las críticas e insultos contra periodistas y camarógrafos de familiares y amigos del sacerdote José Rosario González, previo a que le dictaran prisión preventiva en la Fiscalía de Monte Plata, bajo la acusación de agresión sexual contra una menor. Los parientes del religioso culpan a los medios de presionar para una condena, pero deben considerar que la revelación original de la información del pecado la hizo el Arzobispado de Santo Domingo. Anunció la suspensión del sacerdote por “vínculos indebidos” con una menor. Es responsabilidad de los medios dar el seguimiento adecuado. Si la iglesia no lo manejó en bajo perfil, ¿por qué debían hacerlo los medios, cuando se trata de un delito?

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