El título, tres en uno, podría remitir a algún producto comestible o insecticida, pero fue la oferta de Abinader el martes. En lugar de hablar del año anterior, como manda la Constitución, lo hizo de los últimos tres, lo que le posibilitó dar cifras más gordas. Ejemplo: decir que la economía ha crecido a un promedio anual del 6.43%, en vez de entrar en detalles sobre el bajo crecimiento de 2.4% el año pasado. Ese tres en uno fue inteligente, por ser la última rendición de un presidente que pretende seguir; lo mismo tiene de inteligente que en lugar de ponerse a prometer obras para el resto del año, se centrara en anunciar la terminación de las pendientes. Las nuevas promesas las estaría reservando para el próximo 16 de agosto.

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