El presidente de la República anunció el miércoles un paquete de medidas dirigidas fundamentalmente a atenuar los efectos que tiene y tendrá la presencia del COVID-19 y sus implicaciones, como la paralización de las principales actividades económicas y los servicios.

Las medidas están concebidas con la mejor intención. Podría, sin embargo, hacerse cualquier consideración sobre las mismas, pero no es el momento. Al gobierno hay que dejarlo gobernar, que adopte las decisiones que mejor entienda para encarar el serio problema.

El presidente Danilo Medina está empoderado y tiene el mandato del Congreso Nacional, y su equipo ejecuta los planes en marcha. Procede que todos los dominicanos les brindemos total apoyo.

Como presidente de todos los dominicanos, corresponde a Medina y a sus colaboradores trazar las pautas, señalar el camino y las líneas de acción. Es su papel.

Eso debemos entenderlo todos. En medio de una situación como la que estamos no procede someter a cuestionamientos insensatos a los gobernantes. El momento es de unidad y de acción.

Es verdad que los poderes con que está investido el Presidente no son ilimitados, y que los mismos han sido concedidos para cumplir una encomienda, que es servir a los dominicanos, y mediante sus diligencias, garantizar los mayores márgenes posibles de alcanzar las metas propuestas frente al coronavirus.

Para eso, reiteramos, se necesita la colaboración de todos y especialmente de los ciudadanos más simples, primero, protegiéndose ellos mismos, proteger a sus familiares y vecinos, siguiendo las instrucciones trazadas por las autoridades de salud, y mediante el cumplimiento de las disposiciones de orden público en vigor.

Que durante un período de emergencia podrían cometerse excesos e incumplimientos de deberes y responsabilidades.
Probablemente. Pero asumimos la buena fe, la disposición de trabajo y la vocación de servicio de los incumbentes en esta hora crítica. Entendemos que no deben actuar de otra manera que no sea bajo el juramento de servir al pueblo.

Al Gobierno hay que dejarlo gobernar, con la mayor tolerancia posible, en el marco de la ley. Naturalmente, sin que sus autoridades se equivoquen demasiado, hasta hacernos daño.
Apoyemos a las autoridades.

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