Viernes de temperaturas calurosas
Viernes de temperaturas calurosas

El solsticio de verano es un fenómeno astronómico que tiene una gran influencia climática y, para los que habitamos al norte del Ecuador, comienza el 20 de junio. La palabra proviene del latín Sol, a lo que se agrega sistere, que significa permanecer quieto, esto es porque se trata del día más largo del año.

Desde la prehistoria el solsticio se recibe con alegría, porque marca el comienzo del verano, la nieve desaparece, las plantas y vegetales reverdecen y para las poblaciones nómadas era más fácil desplazarse, cazar y había más tiempo de luz solar, también se podía cosechar lo sembrado en la primavera.

En los tiempos actuales, para un país como el nuestro, colocado “en el mismo trayecto del sol” según nuestro poeta Pedro Mir, comienzan los periodos de vacaciones, los tiempos de sol y playa y aunque el calentamiento global obliga a tomar determinadas precauciones, es en general una época propicia para disfrutar de actividades al aire libre.

Lo recomendable es no exponerse demasiado al sol entre las 9:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde, usar protector solar incluso si se va a salir a trabajar o de compras, beber mucha agua y estar atentos a las informaciones sobre el clima, porque este periodo coincide con la Temporada Ciclónica.

El aumento del calor genera otros problemas para los países que reciben turistas en sus playas, como el aumento del sargazo, un alga de aspecto y olor desagradable que contamina los litorales costeros.

Su multiplicación en los últimos años se debe precisamente al aumento de las temperaturas, que obligan a tomar medidas, incluso desde hace algunos años este fenómeno se estudia para buscarle una solución definitiva.

Todos estos cambios que no son más que el resultado de la actividad humana están provocando veranos cada vez más calientes, derretimiento de los casquetes polares y aumento del nivel del mar, lo que lleva a que desde hace unos años cada solsticio sea observado con preocupación.

El solsticio debiera tomarse como un tiempo para interesarse por el clima y exigir a las autoridades políticas más protección de los recursos marítimos, para que los veranos vuelvan a ser épocas para vacacionar y descansar, y no un acercamiento cada vez más real a una debacle del clima que terminará por quemar todas las formas de vida en el planeta.

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