Hoy jueves es el día en que “ponen” o “dejan” los Reyes Magos, una tradición que no mantiene el brillo ni la algarabía de otros tiempos, cuando se alimentaba la ilusión de muchos niños al recibir un regalo.
Ese brillo es incluso menor desde la Ley No. 139-97, de junio del 1997, que dispone el traslado para los lunes de los días feriados que coincidan con los martes, miércoles, jueves o viernes. Es la razón por la que el feriado que correspondería a este día se mueve al próximo lunes 10, aunque hoy siga siendo Día de Reyes.

Pero ley y predominio de lo comercial aparte, nos interesa resaltar que con todo y que es una de las tantas costumbres que desfallecen en muchos casos al influjo de culturas foráneas, hay padres que todavía defienden encantar a sus infantes con un juguete por considerar positivo que se mantenga una esperanza que expertos de la conducta humana comparten, aunque están los que la condicionan a la etapa inicial de sus vidas.

La creencia es que en la mente limpia del niño un juguete en sus manos es una ensoñación y no habría ninguna razón válida para enfrentarlo con la realidad.

Pero hay quienes expresan dudas al respecto cuando esa emoción resulta un privilegio que está ausente entre los que viven en situación de vulnerabilidad, cuyos progenitores pasan por el trance de hacer sacrificios o decirles simplemente que los reyes no llegaron.

A propósito del gozo ausente del niño que no recibe ni un “cariñito” y vive la desesperanza de ver a otros jugar, recordamos un bolero que los más entrados en edad de seguramente conocen (Felipe Rodríguez): “Madre, los Reyes ya no tienen corazón/ ni un juguetito ya les quieren regalar/ Ya no se acuerdan de los pobres/ qué dolor”.

Preferimos escudarnos en el viejo adagio de que no hay mal que dure cien años y, como nos gusta apostar a la imaginación como manera de darle sentido a la vida, exhortamos a las nuevas generaciones a mantener viva la tradición de los Reyes Magos con su milenaria carga de ilusión para nuestros infantes.

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