El papa Francisco, a horas de su muerte en la misa del Domingo de Resurrección, y poco antes de su último recorrido en el papamóvil, se despidió con una condena a la “carrera de rearme” y a la violencia en diferentes partes del mundo, mientras que Léon XIV, en su primera intervención pública, inmediatamente tras su elección como pontífice el pasado jueves, clamó ante los grandes del mundo: “¡Nunca más la guerra!”.
La voz más sensata entre los líderes mundiales que se alzó en todos estos años fue precisamente la del pastor universal de la Iglesia católica, que criticó que las potencias atizaran los conflictos bélicos y condenó la carga de muertes, de sufrimiento y desolación que causan las guerras.
Vemos así que la posición de la Iglesia católica no ha variado tras el fallecimiento de Francisco, que insistió en calificar de insensata la guerra de Rusia contra Ucrania, mientras que el domingo pasado, desde la Basílica de San Pedro antes de la oración Regina Coeli, León XIV pidió el alto el fuego inmediato en Ucrania y abogó por “el milagro de la paz”, pero que sea “duradera y justa”.
“Llevo en mi corazón el sufrimiento del amado pueblo ucraniano”, declaró León XIV antes de abogar por “una paz auténtica, justa y duradera lo más pronto posible”, enfatizó.
El fenecido pontífice tuvo un gesto cargado de simbolismo antes de su muerte, se dice que su último deseo fue que el papamóvil se convirtiera en una clínica móvil para los niños de Gaza, mientras que León XIV ha denunciado la crisis humanitaria que se vive en la franja.
León XIV hizo además otras exhortaciones en su primer rezo dominical tras ser elegido por el cónclave cardenalicio, porque tras un enérgico llamado a favor de la paz en los conflictos de Ucrania y Gaza, exigió también la liberación de prisioneros y rehenes, pidió a la Iglesia acoger y escuchar a los jóvenes para fomentar nuevas vocaciones religiosas.
No nos equivocamos si decimos que en León XIV tenemos a un continuador de Francisco en reclamar a todo el que tenga posibilidad de frenar las guerras que lo haga, para que se eviten mayores padecimientos a la humanidad.