Los máximos organismos ejecutivos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y de Fuerza del Pueblo (FP) sesionaron ayer, por primera vez tras las elecciones del 19 de mayo, con la adopción de decisiones trascendentes de cara a su futuro. Igual se espera del gran triunfador, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que ha convocado a su Dirección Ejecutiva para este martes.
En el PLD, que tuvo el peor de los desempeños, primó el ambiente de enderezar el rumbo y hacer las correcciones necesarias, por lo que adelantó su X Congreso Ordinario para el mes de junio. En la misma tesitura anduvo Fuerza del Pueblo, que tiene programado su congreso para noviembre, pero que inmediatamente hará una evaluación de “abajo hacia arriba” y convocará para esta misma semana a la Dirección Central.
El PRM, contrario a lo que pueda aparentar, también tiene importantes retos internos por delante. Para empezar, le han revalidado la enorme responsabilidad de dirigir los destinos nacionales por los próximos cuatro años, por lo que para esta tarde, superados los días del éxtasis y jolgorio, ha convocado a su Dirección Ejecutiva, compelido a valorar con prisma crítico su indiscutible victoria.
Nos inmiscuimos en menesteres internos de estos partidos al tratarse de los tres principales, sin menoscabo de las restantes formaciones, porque diferente a voces, algunas agoreras que cantan réquiem, para nosotros, y en eso no tenemos dudas ni prestamos oídos al que siquiera insinúe lo contrario, los partidos políticos son fundamentales para el funcionamiento de una democracia.
No imaginamos que el pueblo dominicano padezca la realidad de otros donde el descalabro de su sistema de partidos ha traído inestabilidad política y social, y el surgimiento de figuras con pretensiones mesiánicas, autosuficientes, por encima de sus instituciones representativas.
Estudiosos de los regímenes políticos resaltan la importancia de los partidos, a los que estiman esenciales para el buen funcionamiento de una democracia, porque facilitan la participación ciudadana, garantizan la defensa de intereses diversos y contribuyen a la estabilidad y efectividad del sistema institucional.
Es la principal razón por la que vemos plausible, y saludamos, los movimientos internos a que se abocan las principales denominaciones políticas luego del certamen electoral, en particular las opositoras, que no debieran desmayar para jugar un papel crucial, actuar como contrapeso y garantizar la transparencia, esto es que rindan cuentas los que ostentarán mayoritariamente las riendas del poder.