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Desde 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, ha promovido cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, para concienciar que puede prevenirse.
El suicidio es un evento que afecta de manera global a las familias, a las comunidades y a los países. A nivel mundial se suicidan cada año casi un millón de personas; una cada 40 segundos.
Se estima que por cada suicidio hay 20 intentos y es preocupante que sea la segunda causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años.
En República Dominicana las cifras confirman un incremento de casos desde 2020 al 2021. Hubo 670 suicidios en 2021, un alza de 12.1 % respecto al 2020 (597), que es la mayor desde 2007, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
En 2020, Salud Pública informó que un 84.2 % de suicidios correspondían a hombres y un 15.8 % a mujeres. Aunque las mujeres son más propensas a intentarlo, son más los hombres que lo ejecutan.
Aunque la prevención del suicidio es compleja y es más bien tarea de especialistas de la conducta y estudiosos de las sociedades, todos podemos involucrarnos en la prevención, en la medida en que asumamos que vivimos en un mundo complicado, que nos aleja cada vez más del contacto humano.
Se trata de tomar conciencia de que terminar con la propia vida es una decisión tan extrema, tan terrible, que todo cuanto se pueda hacer para evitarla es absolutamente necesario.
Cuando las familias buscan ayuda profesional para los jóvenes que manifiestan problemas de conducta, que abusan del alcohol o de las drogas, cuando se consulta con un especialista al notar síntomas de depresión o desgano de un familiar o compañero de trabajo, se está trabajando en la prevención de un posible suicidio.
En nuestro país hay líneas de ayuda y asistencia en el Sistema 911 y del departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud como diversas fundaciones que trabajan en ese problema y están disponibles las 24 horas.
Según los especialistas, cuando se impide un suicidio difícilmente la persona vuelva a intentarlo. Prestar oídos a los problemas de los amigos y familiares suele ser la mejor manera de atenderlos y, tal vez, sea esa la primera línea de defensa contra el suicidio.
