Probablemente nadie lo recuerde ya, porque así suele ocurrir aquí, pero la implantación en la ley 33-18 de un sistema de elección de candidatos en los partidos políticos mediante primarias universales fue un proceso forzoso de un sector político contra otro. Fue cuestión de conveniencia, no lo mejor para la institucionalidad y el buen desempeño de las organizaciones.
Simplemente, podría servir de instrumento para fines ulteriores. Y se aprobaron absurdos que hoy son objeto de instancias ante el Tribunal Constitucional.
Tampoco sabemos si recordarán que el presidente de la Junta Central Electoral (JCE) reiteradamente planteó que el método de las primarias obligatorias violaba la Constitución, y había sido cosa irrevocablemente juzgada. Igual habló de las implicaciones financieras. Pero nadie hizo caso.
Ahora, cuando ha planteado que costarán RD$1,449 millones, importantes sectores rechazan que los contribuyentes saquen de sus bolsillos no menos de RD$1,300 millones para que los partidos los dilapiden.
Muchos dirán: ¿Pero cómo Julio César Castaños Guzmán hizo ese anuncio?
Imaginamos que la JCE razonablemente no tenía más alternativa que decirlo.
Pero eso no puede ser. Viola incluso el artículo 47 de la ley de partidos, que es muy claro: “los recursos para organizar el proceso de las elecciones primarias de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos para elegir los candidatos a los distintos cargos de elección popular en las elecciones ordinarias serán deducidos, previo acuerdo con las organizaciones políticas, del aporte económico que proporciona el Estado a los partidos, independientemente de los aportes de la Junta Central Electoral en naturaleza y logística”. Siendo así, ¿cómo esos partidos sólo van a contribuir con RD$200 millones?
Si se acepta esa violación de la ley de partidos, también se estaría violando la ley de Presupuesto, que no tiene fondos consignados para ese fin. Quizás habría que legislar para reasignar partidas, lo que atentaría contra el sentido de institucionalidad.
Si los partidos quieren primarias, que se den el gustazo de financiarlas.
